Hace algunas semanas, el Telescopio Espacial Hubble, desarrollado por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), cumplió 33 años de servicio, transformándose en los ojos de la Tierra en el universo y siendo parte de increíbles descubrimientos astronómicos.
Desde el lanzamiento del James Webb, y como forma de actualizar los equipos orbitales que se encuentran captando el universo, la NASA ha barajado varias alternativas para darle un buen “final” a este importante instrumento.
La última actualización de la NASA sobre su estado fue en diciembre de 2022, donde indicó que emitieron una Solicitud de Información para buscar datos adicionales sobre las posibilidades de reactivar el telescopio mediante la ayuda de SpaceX.
Rescatar un observatorio moribundo
El rescate final de Hubble está cada vez cerca. Como una forma de salvarlo, las startups Astroscale (con sede en Tokio) y Momentus Space (sede en California) elaboraron un plan en conjunto.
El plan es un poco descabellado. Esto es lo que proponen: un cohete sin tripulación lanzaría un “remolcador espacial” propulsado por agua a la órbita terrestre baja, lo que arrastraría al Hubble unos 50 kilómetros.
Posterior a ello, se desacoplaría y eliminaría cualquier basura espacial que podría interferir con la nueva órbita del telescopio.
“Lo que le hemos propuesto a la NASA son opciones. Opciones que no estaban disponibles durante las cinco misiones de servicio tripuladas anteriores”, detalló Ron López, presidente y director gerente de Astroscale.
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