Sebastián Ogalde debió nadar en aguas congeladas y pasar un sinfín de pruebas físicas, psicológicas e intelectuales, pero lo logró y el antofagastino de 27 años se convirtió en astronauta análogo, el primero en Chile.
El joven se preparó meses y ya logró completar su primera misión llamada Asclepios. “Fui seleccionado entre 250 participantes de todo el mundo (…) seis formaremos parte de la tripulación que estará aislada en una caverna en las montañas de los Alpes suizos”, manifestó.
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Sin embargo, para Sebastián el camino no fue fácil y menos en Chile, ya que la ausencia de una agencia espacial hace, por ahora, imposible el sueño de explorar el espacio como astronauta.
“Mi intención es convertirme en astronauta, pero claro, uno de los pasos o posibilidades es también ser astronauta análogo. Esto significa que uno hace misiones que son simuladas en la Tierra“, señaló a Futuro 360.
Él no es el único, ya que una joven estudiante de la Universidad de Concepción llamada Tatiana López está postulando a una misión similar y pronto viajará a Suiza para realizar las pruebas físicas.
“Ahora es la última etapa y ahí quedamos los 18 finalistas. Muchos niños sueñan con ir al espacio, todos quisimos ser astronautas en algún punto, pero a los alrededores uno escucha que es imposible o un sueño muy loco”, sostuvo Tatiana.
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La joven siempre soñó con llegar al espacio y tuvo la suerte de contar con una red de apoyo que nunca cortó su sueño. Sin embargo, es consciente de que no siempre es así, sobre todo para las mujeres.
Tatiana cuenta con el apoyo de su universidad, pero hay quienes apuntan a que debería ser una política de Estado incentivar el interés por la ciencia. “Entre las razones por las que nos ha costado tanto generar astronautas chilenos está la falta de apoyo, inversión e institucionalidad“, afirmó Rodrigo Herrera, astrónomo de la Universidad de Concepción.
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