Después de años de especulación y búsqueda, un grupo de científicos está cada vez más convencidos de que un planeta oculto, apodado cariñosamente como “Planeta 9”, podría estar vagando en las regiones más distantes de nuestro Sistema Solar. Dos nuevos estudios, uno publicado en el Astronomical Journal y otro que no ha sido aprobado por la comunidad científica, ofrecen aún más credibilidad a esta intrigante teoría.
La esencia de la teoría del Planeta 9 se basa en la observación de lo que se conocen como “objetos transneptunianos” (TNOs), que son cuerpos celestes más allá de Neptuno en los bordes exteriores de nuestro sistema solar. Uno de los TNOs más destacados es Sedna, un planeta enano descubierto en 2004 por investigadores del Caltech. La órbita irregular de Sedna, junto con la de otros TNOs, sugiere que algo más grande está influyendo en sus trayectorias.
Los científicos planetarios del Caltech, Konstantin Batygin y Mike Brown, han sido pioneros en esta investigación. Argumentan, para Futurism, que la mejor explicación para las extrañas órbitas de los TNOs es la influencia gravitacional de un planeta aún no descubierto.
Aunque el Planeta 9 aún no ha sido observado directamente, los estudios recientes sugieren que su existencia proporcionaría la explicación más simple y coherente para los patrones observados en la órbita de los TNOs. Los investigadores están ansiosos por aprovechar el potencial de los próximos observatorios espaciales, como el Observatorio Vera C. Rubin en Chile, programado para comenzar sus operaciones en 2025. Este observatorio podría ser crucial para confirmar la existencia del Planeta 9.
Batygin, Brown y otros expertos están emocionados por la próxima fase de exploración, que promete arrojar luz sobre los misterios de los confines exteriores de nuestro sistema solar. Aunque la detección de este misterioso planeta podría llevar tiempo, los científicos están decididos a desentrañar los secretos del Planeta 9 y su influencia en nuestro vecindario cósmico.
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