Los astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional temen por sus vidas cuando encuentran una alta presencia de agua en sus trajes, especialmente cuando se dedican a hacer caminatas espaciales.
En 2013, el astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) Luca Parmitano tuvo que interrumpir su caminata espacial debido a que el casco de su traje comenzó a llenarse con agua. Según lo publicado por la NASA, Parmitano estaba en riesgo de ahogarse con “agua cubriéndole los ojos, la nariz y las orejas”.
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Para que esto no vuelva a ocurrir, la NASA comenzó a implementar unas esponjas llamadas “almohadillas de absorción del casco” en la parte posterior, las que mantienen el exceso de agua al mínimo.
Sin embargo, durante una caminata espacial ejecutada en marzo por el astronauta alemán Matthias Maure, encontraron en el puerto de ventilación ubicado en la parte posterior del anillo del cuello un círculo de ocho a 10 pulgadas de diámetro, una fina película de agua en el casco.
“Estamos buscando signos evidentes de contaminación o incrustaciones o cualquier otra cosa que pueda haberse metido en nuestro sistema. No estamos viendo eso todavía”, dijo Kayla Barron, astronauta de la NASA.
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La agencia espacial estadounidense declaró que estos enormes trajes difíciles de manejar, llamados Unidades de Movilidad Extravehicular (EMU, por sus siglas en inglés), se encuentran “no válidos”, pero se podrían utilizar en caso de emergencia.
“Hasta que comprendamos mejor cuáles podrían haber sido los factores causales, no planificaremos un EVA (caminata o actividad Extravehicular) hasta que hayamos tenido la oportunidad de abordar y descartar realmente los principales modos de falla del sistema”, explicó Dana Weigel, subgerente del programa de la estación espacial en el Centro Espacial Johnson, según consigna CBS.
Ahora solo queda esperar que Maura vuelva a la Tierra para que los científicos puedan examinar su traje y comprendan por qué está ocurriendo esto.
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