Científicos del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Estados Unidos, han decidido aprovechar una de las últimas “muestras lunares” sin abrir de las misiones Apolo para aprender más sobre la Luna.
ANGSA 73001 es parte de una muestra del Apolo 17 recolectada en diciembre del año 1972. “Comprender la historia geológica y la evolución de las muestras de la Luna en los sitios de aterrizaje del Apolo nos ayudará a prepararnos para los tipos de muestras que se pueden encontrar durante Artemisa”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en un comunicado.
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Desde la NASA aseguran que la cantidad de gas que se espera que esté presente en esta muestra sellada de Apolo es probablemente muy baja. Si los científicos pueden extraer cuidadosamente estos gases, pueden analizarse e identificarse utilizando la tecnología moderna de espectrometría de masas. Se estima que la temperatura en el fondo del núcleo era fría en la época que se recolectó, lo que significa que los volátiles (sustancias que se evaporan a temperaturas normales, como el hielo de agua y el dióxido de carbono) podrían haber estado presentes.
El dispositivo que se usa para extraer y recolectar el gas, llamado colector, fue desarrollado por los Dres. Alex Meshik, Olga Pravdivtseva y Rita Parai de la Universidad de Washington en St. Louis. Una vez que finalice el proceso de extracción de gas, el equipo de ARES se preparará para retirar con cuidado la tierra y las rocas de su contenedor en un par de meses más.
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