Antes de que finalice septiembre, NASA tiene preparada una sorpresa extraordinaria para la humanidad: Se trata de la llegada de muestras espaciales este domingo 24.
Después de viajar miles de millones de kilómetros a través de nuestro sistema solar, la nave espacial OSIRIS-REx está a punto de pasar cerca de la Tierra con una entrega muy especial. Se trata de una cápsula del tamaño de una mini nevera que contiene una muestra de roca espacial primordial recolectada de un asteroide situado entre las órbitas de la Tierra y Marte: Bennu.
OSIRIS-REx, cuyo nombre completo es “Explorador de regolitos de orígenes, interpretación espectral, identificación de recursos y seguridad”, es una hazaña de la NASA y la primera misión estadounidense en recolectar una muestra de un asteroide.
Esta misión tiene un objetivo fascinante: proporcionar una ventana al pasado, hace 4.500 millones de años, cuando el Sol y los planetas se estaban formando.
Sin embargo, antes de que esta cápsula pueda entregar este tesoro cósmico, debe enfrentar condiciones extremas. La cápsula protectora de la muestra resistirá temperaturas dos veces más altas que la lava y la segunda velocidad más rápida jamás alcanzada por un objeto creado por el hombre al ingresar a la atmósfera de la Tierra.
OSIRIS-REx recolectó muestras de escombros y polvo de la superficie del asteroide Benny en octubre de 2022.
Cuando la cápsula finalmente entre en la atmósfera a una velocidad 36 veces superior a la del sonido, enfrentará vientos, lluvia y otras condiciones climáticas en su descenso hacia el desierto del Gran Lago Salado, en Utah Estados Unidos.
Este paisaje árido es conocido por sus abrasadoras temperaturas de verano y sus salinas, lo que hace que la precisión del aterrizaje sea crítica.
El viento es una preocupación principal, ya que su velocidad y dirección podrían afectar el lugar de aterrizaje en un objetivo de 57 kilómetros por 13.6 km en el campo de entrenamiento del Departamento de Defensa. Afortunadamente, este campo es considerado un “área segura y controlada” y fue el lugar de aterrizaje de la misión Stardust.
Una vez recuperada, la muestra de roca espacial será trasladada a un laboratorio especial para su estudio. Este histórico aterrizaje no solo representa un hito científico, sino que también sentará las bases para futuras entregas espaciales.
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