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Cada vez nos acercamos más a la fecha programada para que la NASA lance el nuevo Telescopio Espacial James Webb, el cual se espera que revolucione la astronomía, ya que a diferencia del avejentado Hubble, permitirá observar el espacio profundo con detalles nunca antes vistos.
Sin embargo, pese a ser una increíble herramienta científica que ayudará a los investigadores a llegar a nuevos puntos, no está exenta de polémicas. Esto, porque científicos y trabajadores de la NASA han expresado sus molestias en varios ocasiones con el nombre con el que fue bautizado.
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James Webb, ex administrador de la NASA, fue el responsable de permitir a la seguridad de la agencia espacial interrogar a sus empleados por el solo hecho de ser homosexuales.
Sin embargo, la NASA expresó que “él aún se merece el honor de bautizar al nuevo telescopio. No hemos encontrado evidencia en este momento que justifique cambiar el nombre del telescopio espacial James Webb”, indicó Bill Nelson, el administrador de la NASA, a NPR.
Pese a las inquietudes de los trabajadores, la agencia espacial estadounidense ha rechazado más de 1.200 solicitudes que exigen el cambio de nombre. Asimismo, la NASA realizó una investigación sobre el historial de Webb, pero los resultados no han sido compartidos al público.
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La agencia no da su brazo a torcer y la programación seguirá tal cual. En 2019, tuvieron que cambiar el nombre del asteroide que hoy conocemos como “Arrokoth”, ya que originalmente fue bautizado como “Ultima Thule”, un nombre con connotaciones nazis.
Ya en 2010, prometieron dejar de usar nombres racistas para sus objetos espaciales, pero este voto de confianza no se extiende a personas homofóbicas.
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