Los terremotos lunares han revelado mucho sobre lo que existe al interior de nuestro satélite natural. En las últimas décadas, ha quedado demostrado que la luna tiene un núcleo fluido, pero nuevos modelos científicos muestran que hay más que eso.

Astrónomos de la Universidad Côte d’Azur, en Francia, encontraron evidencia de que la luna tiene un núcleo interno similar al de la Tierra.

Desde la superficie hasta el centro: una corteza delgada, un manto muy grueso, una zona de baja viscosidad en el límite entre el núcleo y el manto, un núcleo externo fluido y un núcleo interno sólido. Geoazur/Nicolas Sarter

Los datos sísmicos registrados por la misión Apolo, sugieren que era probable que hubiera un núcleo interno sólido con un radio estimado de 240 kilómetros. Los investigadores franceses recopilaron datos de distintas misiones espaciales y de varios experimentos de alcance lunar, para así crear un perfil estimado del interior de la luna y encontraron evidencia que coincide estrechamente con los resultados de la NASA.

“Nuestros resultados cuestionan la evolución del campo magnético lunar gracias a su demostración de la existencia del núcleo interno y respaldan un escenario global de vuelco del manto que brinda información sustancial sobre la línea de tiempo del bombardeo lunar en los primeros mil millones de años del Sistema Solar”, se lee en el estudio publicado en la revista Nature.

Los expertos ejecutaron múltiples escenarios de modelado para ver cuál se correspondía más con los datos del mundo real. El equipo estima que este núcleo interno tiene unos 500 kilómetros de ancho, con una densidad más baja que la de la Tierra.

Otro hallazgo importante se relacionó con la obtención de más antecedentes del manto lunar, la capa intermedia gruesa entre la corteza delgada y el núcleo exterior. Según los expertos esta se “movió bastante”.

Algunos elementos, incluido el material rico en hierro, podrían haber ascendido desde el límite entre el núcleo y el manto hasta la superficie, terminando en rocas volcánicas que ahora forman la corteza lunar.

Los científicos creen que la Luna solía tener un campo magnético extremadamente poderoso, “unas 100 veces más fuerte que el de la Tierra”. Aunque el campo magnético ahora es casi inexistente, descubrir cómo es la Luna por dentro nos dice por qué podría ser así y qué podría haber sucedido hace miles de millones de años.

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