En una madrugada llena de emoción y nostalgia, el nanosatélite SUCHAI 1, creado por estudiantes y académicos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, se despidió del espacio después de seis años en órbita.
Este pequeño, pero poderoso CubeSat, lanzado en 2017, ha sido un faro de esperanza y un pionero en la exploración espacial chilena.
Con un nombre que encapsula su significado, “SUCHAI” proviene del mapudungun, donde significa “Esperanza”. Esta esperanza se materializó en el primer nanosatélite chileno, una puerta abierta a la exploración y la investigación del espacio.
Desde su lanzamiento, SUCHAI 1 ha llevado a cabo una serie de experimentos científicos y tecnológicos, sirviendo como una fuente de inspiración para estudiantes y profesionales.
El legado de SUCHAI 1 no se desvanece con su desintegración en la atmósfera terrestre; su huella perdura en los corazones y las mentes de aquellos que participaron en su creación. Marcos Díaz, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica (DIE) de la CFM de la U. de Chile y coordinador del programa SUCHAI, compartió su emoción sobre este logro histórico.
“Es una esperanza, quizás no la más importante, pero ciertamente una de gran significado. Me emociona nuestro CubeSat, aunque la frenética actividad de operar los tres satélites en órbita y el desarrollo de nuevas misiones espaciales me impidan dedicarle más tiempo a la reflexión. Sin embargo, me llena de gratitud haber tenido la oportunidad de trabajar en algo que me apasiona y de que todas las condiciones se hayan alineado para llevar a cabo este proyecto”, dijo el académico.
El impacto de SUCHAI 1 se extiende más allá de las fronteras de Chile. Este nanosatélite ha sido escuchado por radioaficionados de todo el mundo, un testimonio de su presencia y contribución al campo espacial global.
El investigador Elías Obreque del Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (LEEP) de la FCFM expresó su admiración por el proyecto: “SUCHAI 1 se convirtió en la esperanza de que nuestro país, algún día, pudiera ser independiente en asuntos espaciales, de ahí su nombre SUCHAI, una analogía a la palabra “SUYAI” en mapudungun, que significa ‘Esperanza'”.
A pesar del adiós a SUCHAI 1, este logro ha sido una inspiración para las nuevas generaciones, ya que el programa espacial de la Universidad de Chile sigue prosperando. Con tres nanosatélites en órbita y cuatro nuevos proyectos en camino, el futuro de la exploración espacial chilena brilla con promesas.
Este legado, iniciado por un pequeño nanosatélite, continúa inspirando a las mentes jóvenes y fomentando el desarrollo científico en Chile.
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