El Telescopio Espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) acaba de romper el universo. Esto porque desde su llegada al espacio, los astrónomos lo mantienen ocupado todos los días, llegando a recopilar más de 50 gigabytes de datos, en comparación con solo uno o dos gigabytes para el Hubble.
Estos datos pueden contener:
- Imágenes.
- Firmas espectroscópicas (la luz dividida en sus elementos), entre otros.
Si bien los astrónomos se prepararon durante años para la velocidad del James Webb al desarrollar algoritmos que puedan convertir rápidamente los datos en formación utilizable, esto no alcanza para la cantidad de datos que recopila hoy en día.
“Fue más de lo que esperábamos”, dijo Heidi Hammer, científica interdisciplinaria de la NASA para JWST y vicepresidenta científica de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía en Washington.
La experta relató en un artículo del MIT Technology Review, que desde que comenzaron en modo operativo, no han parado. Ya que a cada hora se encuentran mirando una galaxia o exoplaneta en formación estelar. “Es como una manguera contra incendios”.
Gran parte de los datos capturados por el JWST son de acceso abierto, esto significa que la comunidad astronómica puede consultarlo tan rápido como llegan.
Esta gran afluencia de información ha provocado que los científicos revisaran con gran rapidez y publicaran artículos con gran apuro y sin una revisión por sus pares en el servidor de acceso abierto arXiv.
“Cuando se trata de algo tan nuevo y desconocido, las cosas deben revisarse 10 o 100 veces. Así no fueron las cosas”, enfatizó Emiliano Merlín, astrónomo del Observatorio Astronómico de Roma.
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