Sin duda alguna, el Telescopio Espacial James Webb está capturando espectaculares imágenes del cosmos. En esta nueva oportunidad, científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) junto a Caltech, han estudiado una nueva captura.
Se trata de dos estrellas en Wolf-Rayet 140, ubicadas a un poco más de 5 mil años luz de la Tierra.
La imagen capturada por el Webb muestra la emisión de unos 17 anillos de polvo concéntricos que emanan de las estrellas, mediante análisis a las imágenes capturados con el instrumento de infrarrojo medio (MIRI, por sus siglas en inglés), el equipo logró identificar que estos anillos tienen una separación de ocho años.
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Cada anillo se creó cuando las estrellas se acercaron y sus vientos estelares —son corrientes de gas que se expulsan al espacio— se encontraron, comprimiendo el gas y formando polvo.
“Las órbitas de las estrellas las unen una vez cada ocho años; como el crecimiento de los anillos del tronco de un árbol, los bucles de polvo marcan el paso del tiempo“, detallan los autores.
¿Cómo un telescopio puede capturar estos anillos?
El instrumento MIRI, que capta luz infrarroja, ha permitido la detección de estos rangos de longitudes de onda invisible para el ojo humano.
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Esto quiere decir que puede detectar objetos más fríos, incluidos los anillos de polvo que emiten estas estrellas.
“El nuevo estudio proporciona la mejor evidencia hasta ahora de que las estrellas Wolf-Rayet producen moléculas de polvo ricas en carbono. Además, la conservación de las capas de polvo indica que este polvo puede sobrevivir en el entorno hostil entre las estrellas, proporcionando material para futuras estrellas y planetas“, detallan.
La investigación fue publicada en la revista Nature Astronomy.
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