Misión Lucy busca explorar los asteroides troyanos - (00:40)
En 2008, algo único cayó sobre Sudán, explotando en una gran cantidad de fragmentos a lo largo del vasto y árido Desierto de Nubia. Este objeto se conoció posteriormente como el Almahata Sitta: una colección de 600 fragmentos de meteoritos, recolectados cuidadosamente por un grupo de expertos.
El Almahata Sitta fue el primer asteroide en impactar la Tierra que fue predicho exitosamente por los científicos.
Desde entonces, los restos de la roca espacial (llamada 2008 TC3) han sido analizadas por cientos de investigadores, quienes buscan pistas químicas para encontrar el origen del lejano visitante. Y ahora, un nuevo estudio podría tener la respuesta.
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“Nuestros sorprendentes resultados sugieren la existencia de un cuerpo padre rico en agua”, aseguró Vicky Hamilton, autora del texto y geóloga del Instituto de Investigación Surponiente de Boulder, Colorado (Estados Unidos), a ScienceAlert.
“Montamos y pulimos un pequeño trozo de 50 miligramos, para luego utilizar un microscopio infrarrojo y así analizar su composición“, agregó Hamilton.
El análisis espectral reveló que al interior del fragmento se encontraban raros cristales hidratados conocidos como anfíboles – lo que sugiere que habría pertenecido a un enorme cuerpo, casi del porte del planeta enano Ceres, el cual se encuentra en el cinturón de asteroides del Sistema Solar.
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Y aunque se sospecha que el gigantesco asteroide al que habría pertenecido el fragmento ya no existe, el hecho de que alguna vez haya existido como nuestro vecino cósmico sugiere que podrían haber más asteroides del mismo tipo.
Los hallazgos se reportaron en Nature Astronomy.
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