La misión DART de la NASA, que impactó con éxito el satélite Dimorphos en 2022, no solo demostró una estrategia viable para desviar asteroides potencialmente peligrosos, sino que también podría haber creado una nueva lluvia de meteoros.

Según un estudio liderado por el Dr. Eloy Peña-Asensio del Instituto Politécnico de Milán, los escombros del impacto podrían llegar a la Tierra y Marte dentro de la próxima década.

El equipo de investigadores utilizó datos del CubeSat LICIACube, que acompañó a DART, y simulaciones en supercomputadoras de la NASA para rastrear las partículas creadas por el impacto.

Según reportó Universe Today, descubrieron que algunas de estas partículas podrían alcanzar Marte en unos 13 años, mientras que otras podrían llegar a la Tierra en tan solo siete años, aunque probablemente tardarán hasta 30 años en ser visibles.

Si bien es probable que estas partículas sean demasiado pequeñas para crear meteoros observables, las futuras campañas de observación podrían detectar la formación de una nueva lluvia de meteoros, apodada “Dimorphids”. De llegar a la Tierra, los fragmentos se desintegrarían en la atmósfera, creando un espectáculo luminoso sin representar ningún riesgo.

Además, las futuras misiones de exploración en Marte podrían presenciar meteoros mientras estos fragmentos se queman en la atmósfera marciana, ofreciendo una nueva forma de estudiar los efectos de impactos controlados en el espacio.

Este estudio resalta cómo la misión DART no solo ha validado una estrategia clave para la defensa planetaria, sino que también ofrece una oportunidad única para observar la evolución de escombros en el Sistema Solar y mejorar nuestros modelos de impacto a gran escala.

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