Hace siete años, la NASA emprendió una de las misiones espaciales más emocionantes y audaces de la historia: enviar una nave espacial a recoger muestras de un asteroide y traerlas de vuelta a la Tierra.
Este hito monumental en la exploración espacial llega a su apoteósico final este 24 de septiembre, cuando la cápsula de la misión OSIRIS-REx, cargada con valiosas muestras del asteroide Bennu, aterrizó en el desierto del Gran Lago Salado en Utah, Estados Unidos.
Para arrojar luz sobre este logro asombroso y su significado cósmico, tuvimos la exclusiva en Futuro 360 de conversar con la Dra. Yasmina Martos, científica planetaria del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
After a journey of nearly 3.9 billion miles, the #OSIRISREx asteroid sample return capsule is back on Earth. Teams perform the initial safety assessment—the first persons to come into contact with this hardware since it was on the other side of the solar system. pic.twitter.com/KVDWiovago
— NASA (@NASA) September 24, 2023
El intrépido viaje a Bennu
La misión OSIRIS-REx despegó en 2016 y, después de un viaje de dos años, llegó a su destino: el asteroide Bennu. Pero esto fue solo el comienzo de su odisea. La nave pasó tiempo orbitando el asteroide para estudiarlo detenidamente y seleccionar el sitio perfecto para recolectar las muestras.
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Fue un proceso meticuloso que tomó varios años antes de que OSIRIS-REx despegara de Bennu en 2021 para regresar a la Tierra.
Gracias a esta prolongada estancia en las proximidades de Bennu, ahora sabemos más sobre este asteroide que cualquier otro en el sistema solar, gracias a las imágenes de alta resolución que capturó la nave.
Inicialmente, “esperábamos encontrar una superficie suave, como la playa, pero encontramos paisaje de enormes rocas, lo que complicó la elección del lugar de recolección”, explicó la Dra. Martos.
La elección del lugar de muestreo
La Dra. Martos nos reveló que el sitio de recolección seleccionado se encontraba al norte del asteroide, donde se podía identificar una zona relativamente plana sin rocas masivas que pudieran dañar el dispositivo de recolección. Fue un logro notable en una misión llena de desafíos.
Los asteroides: Testigos de la historia cósmica
La importancia de esta misión es inmensa. Los asteroides son testigos de la historia cósmica, fragmentos que no se unieron para formar planetas y que han estado presentes desde el nacimiento del sistema solar. Cada asteroide contiene información invaluable sobre la formación y evolución de nuestro sistema solar.
“Bennu, en particular, es rico en carbono y contiene elementos esenciales para la vida, incluyendo agua en sus minerales. Esta característica lo convierte en un objeto de gran interés, ya que podría haber desempeñado un papel crucial en el suministro de componentes vitales para la vida en la Tierra”, detalló la científica planetaria.
El futuro de la investigación
La Dra. Martos compartió que las muestras de Bennu serán transportadas a diferentes centros de investigación en los Estados Unidos.
Today's #OSIRISREx asteroid sample landing isn't just the end of a 7-year, 3.9-billion-mile journey through space. It takes us 4.5 billion years back in time.
These rocks will help us understand the origin of organics and water that may have seeded life on Earth.… pic.twitter.com/sHLRrnWqAg
— NASA (@NASA) September 24, 2023
La catalogación de las muestras tomará alrededor de seis meses antes de que comiencen los análisis en profundidad. “Este proceso continuará durante décadas, similar a la investigación actual de muestras de la Luna”, dijo.
Bennu, un pequeño, pero intrigante asteroide, ha abierto una ventana a la comprensión de nuestra historia cósmica y nos recuerda que las estrellas y los planetas no son los únicos protagonistas en el teatro del universo. La ciencia y la exploración continúan, desvelando secretos que han estado ocultos durante eones en el frío vacío del espacio.
Bennu en la órbita de la tierra
Ubicado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, Bennu se encuentra en una órbita cercana a la de la Tierra. La NASA monitorea de cerca objetos como Bennu que podrían representar un riesgo potencial de impacto con nuestro planeta en el futuro, aunque las probabilidades son extremadamente bajas.
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