Una de las principales limitaciones de la humanidad para explorar la inmensidad del espacio es nuestra corta expectativa de vida. Cuando hablamos de años luz, nuestro paso por este plano no es más que un pestañeo en los ojos del cosmos. Es por lo mismo que el mundo científico está buscando cómo hacer posible la concepción en el hostil ambiente espacial.
La microgravedad y la radiación espacial son barreras que la reproducción humana debe superar, ya que nada puede asegurar la seguridad tanto de padres como hijos en la infinidad del espacio. Sin embargo, recientemente, un experimento realizado en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) dio como resultado un gran avance en la materia: demostró que los embriones de mamíferos pueden crecer en ambientes sin gravedad sin efectos dañinos.
Incubando embriones en el espacio
Los embriones involucrados en el experimento pertenecían a ratas de laboratorio y fueron enviados a la ISS en agosto de 2021 congelados y fertilizados. Al interior de la estación espacial, se mantuvieron a temperatura corporal y a lo largo de 4 días se transformaron en cigotos y posteriormente blastocistos, etapa previa a la formación de la placenta y el crecimiento del feto.
Además, los científicos espaciales establecieron un grupo de control que fue expuesto a condiciones similares a la Tierra al interior de la ISS, mientras que otro equipo hizo crecer las mismas muestras en la Tierra.
Y, a pesar de que la tasa de supervivencia de los embriones fue mucho menor en el espacio que en nuestro planeta, esta es la primera vez que científicos comprueban que la vida puede desarrollarse de forma sana en el espacio.
Finalmente, los expertos que publicaron sus avances en la revista iScience, escribieron que “Los embriones cultivados en condiciones de microgravedad se desarrollaron en blastocistos con números celulares normales, masa celular interna, trofectodermo y perfiles de expresión génica similares a los cultivados bajo condiciones de control artificial de 1 g en la Estación Espacial Internacional y en condiciones de control de 1 g en la Tierra. Esto demostró claramente que la gravedad no tenía un efecto significativo en la formación de blastocistos y la diferenciación inicial de embriones de mamíferos“.
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