El satélite de observación FASAT-Delta ha alcanzado un hito importante al cumplir 300 días en órbita terrestre, desde su lanzamiento en el cohete Falcon 9 de SpaceX el 12 de junio de 2023, desde la Base de la Fuerza Espacial en Vandenberg, California. Sin embargo, a pesar de este logro, la puesta en servicio del satélite se ha retrasado debido a problemas mecánicos y desafíos asociados con la incorporación de nuevas tecnologías.
Inicialmente programada para el primer semestre del año en curso, la fase de prueba y operación del satélite ha tardado más de lo previsto debido a dificultades en la validación y calibración de las nuevas capacidades tecnológicas, incluida la capacidad de capturar imágenes y videos nocturnos de alta resolución.
Según el fabricante, la certificación final de las capacidades del dispositivo se obtendrá una vez que se instale la antena del segmento terrestre en la Base Aérea Pudahuel durante el mes de junio de 2024. Esto permitirá validar la calidad de los datos e imágenes mediante una descarga directa en territorio nacional, como parte del Programa Espacial Nacional.
El satélite FASAT-Delta desempeñará un papel crucial en la recopilación de información sobre la superficie terrestre, lo que permitirá monitorear el clima, la deforestación, la calidad del aire, los recursos hídricos, la agricultura y la salud de los océanos. Además, será una herramienta esencial para la investigación científica, la prevención de desastres y la gestión de recursos.
Como parte del Sistema Nacional Satelital (SNSAT), el FASAT-Delta es el primer satélite de una constelación de diez, que se utilizarán para la observación de la Tierra y el procesamiento de información geoespacial. El desarrollo del SNSAT incluye la construcción del Centro Espacial Nacional (CEN), que servirá como el principal polo de tecnología espacial del país.
El CEN contará con instalaciones para el ensamblaje, integración y prueba de satélites, así como laboratorios de ciencia de datos, desarrollo de tecnología espacial, emprendimiento e innovación. Esto facilitará la fabricación de satélites de observación de la Tierra de mayor tamaño y la generación de soluciones basadas en inteligencia artificial y software especializado.
Para respaldar este desarrollo, la Fuerza Aérea de Chile ha implementado programas educativos en escuelas de todo el país, con el objetivo de preparar a estudiantes e ingenieros para participar en la construcción y operación de satélites, así como en la explotación de capacidades tecnológicas espaciales nacionales.
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