El helicóptero que intentará sobrevolar Marte (00:58)
Hace 66 millones de años se estrelló una enorme roca espacial en la provincia mexicana de Yucatán (el cráter Chicxulub) esto provocó una explosión equivalente a 10 mil millones de bombas atómicas (como la de Hiroshima).
Esto significó el fin del reinado de los dinosaurios en el planeta, ya que el azufre expulsado en la explosión llegó a la atmósfera y bloqueó la luz del sol, produciendo gigantescos incendios, tsunamis, el clima de la Tierra cambio y acabó con tres cuartas partes de las especies de plantas y animales que existían en aquella época.
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Si bien, esta es la teoría más aceptada el debate científico sobre las posibles causas de la extinción de estos animales sigue abierto a nuevas teorías o serias conspirativas, pero todas cuentan como protagonista principal al cometa Chicxulub.
¿Dónde se originó el asteroide o cometa y cómo llegó a golpear la Tierra?
El reconocido astrofísico Avi Loeb de Harvard y un estudiante del Centro de Atrofísica, Amir Siraj, presentaron una nueva teoría en la cual explican el origen del asteroide.
El equipo explica en el estudio, publicado en la revista Scientific Reports, que el fin de los dinosaurios se produjo por un trozo de un comenta proveniente de la nube de Oort, es una esfera helada de escombros al borde del sistema solar.
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Para llegar a este resultado realizaron un análisis estadístico y simulaciones gravitacionales el cual indicó que los cometas de periodo, provenientes de Oort, durante su órbita son desviados debido al campo gravitacional de Júpiter.
“Júpiter actúa como una especie de máquina de pinball“, explicó Siraj. Esto produce que los cometas de periodo o raspadores solares, experimenten una poderosa fuerza en la cual se rompen en pedazos y producen, en última instancia, una metralla comentaria.
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Los cálculos realizados por Siraj indican que las posibilidades que estos cometas impacten a la Tierra es de un 10%, y que el 20% de ellos se pueden convertir en un raspador solar.
Para estudiar futuras amenazas, el equipo explica que el nuevo Observatorio Vera C. Rubin, construido en Chile y comienza su funcionamiento el próximo año, ayudará a captar fragmentos provenientes del la nube de Oort.
“Espero que podamos probar la teoría al tener más datos sobre cometas de períodos prolongados, obtener mejores estadísticas y quizás ver evidencia de algunos fragmentos”, indicó Loeb.
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