Con más de 300 investigaciones, 8 empresas de biotecnología fundadas, 40 patentes estadounidenses por experimentos y siendo uno de los 25 investigadores principales de la Universidad de Stanford, el Dr. Garry Nolan es un reconocido científico que además de marcar el cáncer e inmunología de sistemas, estudia también los fenómenos aéreos no identificados (PAU).
En una extensa entrevista con Vice, el profesor detalló que siempre ha sido fanático de la ciencia ficción, pero cuando se topó con el descubrimiento de un supuesto esqueleto alienígena en el norte de nuestro país, en Atacama, no se pudo negar a participar en la investigación.
Posterior a ello, le presentaron unas resonancias magnéticas de diferentes pilotos de la fuerza aérea que habían tenido un acercamiento a los PAU u ovnis y sus campos magnéticos.
Lee también: Ovnis: Qué son y lo que sabemos hasta ahora
Las resonancias magnéticas mostraron que sus cerebros estaban dañados, se trataba de una gran mancha blanca dispersa por todo el cerebro -tejido muerto provocado por el sistema inmunológico-.
Por lo que decidió estudiar a 1oo pacientes gubernamentales de Estados Unidos. Notaba que sus resonancias magnéticas mostraron similitudes en los daños cerebrales.
Detalla que el “daño” se encontraba en medio de los ganglios basales -responsables del control motor u otras funciones cerebrales centrales-, pero lo más interesante es que si estas estructuras se dañan provocando la muerte en las personas. ¿entonces, qué está ocurriendo?
Es aquí donde el científico detalla en la entrevista que estas personas que tuvieron un contacto cercano con Ovnis poseían una sobreconexión de neuronas entre la cabeza del caudado y el putamen.
Lee también: El estudio de los ovnis ya no es ficción: Ejército estadounidense crea una división dedicada a investigarlos
El núcleo caudado juega un papel fundamental en varias funciones neurológicas superiores, mientras que el putamen influencia en la planificación motora, la ejecución y el aprendizaje.
En relación al estudio de materiales provenientes de accidentes Pau, Nolan detalla que en estos trozos de anodino y metal -uno proveniente de Brasil- “dos parecen no estar jugando según nuestras reglas”, ya que sus proporciones de isótopos se encuentran alterados.
“La mayoría de las veces los humanos usan isótopos para volar cosas (uranio o plutonio) o para envenenar a alguien, o se usan como marcador para matar el cáncer. Pero esos son casos muy, muy específicos. Casi siempre solo usamos isótopos radiactivos. Nunca cambiamos las proporciones de isótopos de los isótopos estables“, manifestó a Vice.
Deja tu comentario