Crédito: ISRO.

Durante este 22 de agosto, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) podría cumplir con éxito su primer alunizaje en la superficie de la Luna, esto gracias a la misión Chandrayaan-3.

Tal como su nombre lo dice, esta es la tercera misión lunar de la India, y en un destino igual al que le ocurrió a la sonda Luna-25 de Rusia, los dos satélites Chandrayaan previos tuvieron problemas de comunicación, lo que llevó a la misión a un fracaso sin llegar a la Luna.

En plena carrera espacial, donde son varios los países que han puesto sus dardos en la Luna y están impulsando misiones para explorarlas, India espera que con Chandrayaan-3 demostrar que son una nación capaz de alunizar con éxito y de manera suave en la superficie lunar.

La misión también tiene el objetivo de identificar la composición de la superficie lunar mediante la espectrometría de rayos X. Al poseer cuatro instrumentos científicos sobre el rover, incluidos instrumentos térmicos y atmosféricos, se podrá:

  • Medir la distancia a la Luna desde la Tierra: se dispara un láser de alta potencia hacia la Luna y se mide el tiempo en que tarda el pulso de luz en llegar a la Luna y ser reflejado a la Tierra.
  • Medir terremotos lunares.
  • Calcular la densidad y valores de profundidad de la corteza lunar, entre otros.

Se espera que Chandrayaan-3, lanzada el 14 de julio de 2023, se desplegue cerca del Polo Sur lunar.

Crédito: ISRO.

La historia de Chandrayaan

La historia de la exploración lunar está llena de momentos emocionantes y desafíos tecnológicos, y el programa Chandrayaan de la ISRO no es una excepción. Desde su primera misión en 2008 hasta sus intentos más recientes, estas misiones han dejado una huella indeleble en nuestro entendimiento del satélite natural de la Tierra.

La primera misión, Chandrayaan-1, despegó en 2008 con un audaz objetivo: golpear la superficie lunar a alta velocidad. Esta sonda, que consistía en un satélite y un impactador, no solo proporcionó resultados innovadores durante su año de operación previsto, sino que también allanó el camino para futuras exploraciones.

Uno de los logros más significativos fue el descubrimiento de agua líquida en la Luna, desafiando la creencia convencional de que el agua solo existía como hielo en sus regiones sombreadas.

El impacto del penetrador lunar, que arrojó partículas hacia la atmósfera lunar, desencadenó un análisis químico esclarecedor. A través de la dispersión de la luz solar en estas partículas, los científicos pudieron determinar su composición. A pesar de que la comunicación se perdió a mitad de la misión programada, Chandrayaan-1 se catalogó como un éxito, abriendo una ventana a los secretos que la Luna había mantenido ocultos durante tanto tiempo.

La segunda misión, Chandrayaan-2, tenía una ambición aún mayor: enviar un módulo de alunizaje y un rover a la superficie lunar.

En 2019, el orbitador de Chandrayaan-2 llegó a la Luna y liberó el módulo de alunizaje Vikram y el rover Pragyan. Sin embargo, la comunicación se interrumpió de nuevo, llevando a un descenso no planeado en la superficie lunar.

Aunque enfrentó desafíos similares a su predecesora, la misión Chandrayaan-2 subraya la audacia y la determinación de la Agencia Espacial India en su búsqueda de respuestas en el espacio. A pesar de los contratiempos, estas misiones han arrojado luz sobre la composición de la Luna, cuestionando suposiciones previas y dejando un legado de conocimiento y aprendizaje para las futuras generaciones.

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