La Estación Espacial Internacional (EEI) ha recibido una serie de visitantes a la largo de su historia. Sin embargo, un inesperado inquilino conocido como blob (Physarum polycephalum) llegará pronto a este lugar para formar parte de un innovador proyecto educativo.
Los científicos saben que no es una planta, ni un animal ni un hongo, aunque actúa como una mezcla de estos dos últimos. Este organismo puede moverse, alimentarse, aprender e incluso transmitir conocimiento a otros “blobs” a pesar de no tener cerebro, boca, ni patas.
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Si es cortado por la mitad, tiene la capacidad de sanar en dos minutos y sus núcleos pueden dividirse a voluntad. Este curioso organismo será puesto en un estado de latencia (deshidratación) para ser enviado a la EEI, donde lo recibirá el astronauta francés Thomas Pesquet.
Aprendiendo con blob
Pesquet realizará una serie de experimentos con el objetivo de analizar el comportamiento del organismo en un ambiente de microgravedad. Más de 350 mil estudiantes verán los diferentes experimentos del francés y los replicarán en la Tierra.
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Los jóvenes que tienen entre 10 y los 18 años podrán comparar la velocidad, la forma y el crecimiento de los especímenes en el espacio, para posteriormente compararlos con aquellos que se encuentra en la superficie terrestre. El Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) en Francia coordina la investigación.
“Como parte de los doce experimentos franceses de la misión de Pesquet, Blob es una experiencia única que estimula la curiosidad de los estudiantes con temas sobre el impacto del medio ambiente y el desarrollo de los organismos vivos”, manifestó en un comunicado Evelyne Cortiade-Marché, jefa del departamento de educación de CNES.
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