Un invento que puede servir para el envío de señales desde lugares remotos, como la Antártica y el espacio. De eso se trata el modelo de antena satelital impresa en 3D, desarrollado por la ingeniera civil eléctrica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Andrea Ávila.

Con solo 25 años y mientras cursa un Magíster en Ciencias de la Ingeniería en la misma casa de estudios, creó una antena resonadora dieléctrica instalada al interior de una pieza impresa en 3D, cuya función principal es enviar y recibir datos de señales de sensores de un punto a otro, con la capacidad de insertarse en un satélite de tipo CubeSat.

Los satélites CubeSat miden 10 centímetros y están ubicados en la órbita más cercana a la Tierra, lugar donde se ubican los dispositivos más comunes que brindan la conexión telefónica 5G y 6G. Estos dispositivos pueden ser usados para recibir la información de algún sensor que esté en una zona remota, como la Antártica.

3D- printed antennas for CubeSat applications

De este modo, el modelo fue diseñado por Ávila en un programa computacional y luego fue impreso en las maquinarias del laboratorio de antenas de la Facultad de Ingeniería.

“El modelo es un cuadrado impreso en 3D que lleva un ‘twist’ que consiste en un rectángulo que está rotado sobre su propio eje en 60 grados, esto hace que la antena tenga una polarización circular, es decir que puede irradiar en diferentes direcciones, eso es lo que se usa en telecomunicaciones para poder transmitir”, explicó.

“La antena es muy pequeña porque debe caber dentro del satélite, pero además tiene que ser muy robusta para resistir el movimiento previo al lanzamiento, que es el momento cuando se agita en exceso”, indicó la creadora.

Una amplia proyección en el rubro de las telecomunicaciones

Andrea Ávila, ingeniera PUCV.

Junto a su profesor guía, Francisco Pizarro, académico de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, postularon el proyecto al fondo internacional IEEE-APS (Antennas and Propagation Society) y obtuvieron una beca de financiamiento de US$2.500 para ejecutar el ejemplar satelital.

“En el laboratorio de antenas llevamos varios años trabajando en el uso de impresión 3D para hacer distintos modelos, uno de ellos es el que desarrolló Andrea, que ocupa materiales cerámicos. La idea era hacer una antena de mínimo peso que fuera fácilmente producible o replicable. Ese fue el concepto que mandamos como postulación para esta beca internacional”, puntualizó el docente.

Pizarro valoró la fabricación y proyectó que podría tener una amplia proyección en el rubro de las telecomunicaciones.

La tesis de Andrea Ávila ha tenido gran alcance en el campo investigativo, pues esta semana viajará a Portland, Estados Unidos, para exponer el proceso de diseño y armado en una conferencia especializada de antenas y propagación que se realiza anualmente.

Más adelante comenzará una pasantía de cinco meses en el Real Instituto de Tecnología (KTH) en Suecia para estudiar en profundidad las antenas y modelos satelitales.

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