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(CNN) – Urano está emitiendo rayos X y los científicos quieren mirar más de cerca. Esa es la misteriosa conclusión de un nuevo estudio, que analizó dos imágenes del planeta y descubrió la actividad de rayos X por primera vez.
Los astrónomos observaron instantáneas del planeta tomadas por el Observatorio Chandra de la NASA en 2002 y 2017, notando una clara detección de rayos X en la primera observación y un posible destello en la segunda.
La causa más probable de la mayoría de esos rayos X es el sol; ya se sabe que tanto Júpiter como Saturno dispersan la luz de rayos X emitida por el sol, y la investigación sugiere que Urano hace lo mismo.
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Pero no se puede explicar toda la actividad, y la NASA ha pedido a los científicos que la examinen con más detalle.
“Si bien los autores del nuevo estudio de Urano inicialmente esperaban que la mayoría de los rayos X detectados también fueran de dispersión, hay indicios tentadores de que al menos otra fuente de rayos X está presente“, según un comunicado de la NASA. “Si más observaciones confirman esto, podría tener implicaciones interesantes para la comprensión de Urano”.
“Una posibilidad es que los anillos de Urano estén produciendo rayos X ellos mismos, que es el caso de los anillos de Saturno”.
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Se han detectado rayos X en la mayoría de los planetas de nuestro sistema solar, pero no en los llamados gigantes de hielo, Urano y Neptuno, escribieron los autores.
Pero estudiar las emisiones de rayos X puede proporcionar información valiosa sobre las características de un planeta, explicaron, y agregaron que sus hallazgos pueden dar pistas sobre la “composición de los anillos atmosféricos, superficiales y planetarios”.
La NASA dijo que Urano es un objetivo particularmente intrigante para el análisis de rayos X debido a las “orientaciones inusuales” de su eje de giro y su campo magnético.
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Una gran cantidad de datos sobre el planeta capturados en 1986 por la nave espacial Voyager 2 de la NASA, la única nave que sobrevoló el planeta, todavía revelan pistas tentadoras sobre su composición.
El año pasado se descubrió que durante la misión, la nave espacial también voló a través de un plasmoide, una burbuja magnética gigante que probablemente pellizcó parte de la atmósfera del planeta y la envió al espacio.
La investigación fue publicada en la revista Journal of Geophysical Research.
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