“Pensaban en que esto era un ominoso presagio y esto obviamente provocaba mucho terror. En base a eso se tejieron muchos mitos y leyendas”, declaró Álvaro Rojas, investigador del Instituto Milenio de Astrofísica.
Siempre será impactante ver como el día por minutos se transforma en noche, pero piense este fenómeno miles de años atrás; ¿será un mensaje de algún dios? ¿Un castigo? ¿El fin del mundo?
“Un eclipse significa la ruptura de una cadena de eventos, de una cadena se sucesiones. De cosas como el día y la noche, el frío y el calor“, agregó Rojas.
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Y al parecer todo rodea ese clima la desaparición momentánea de la luz sobre la tierra era prácticamente un abandono del sol, un evento dramático que en la historia y en la astronomía fueron descritos igual que cometas y eclipse de luna, como eventos temidos.
“Entre los mayas existía la idea de que la procesión del día y la noche tenía que ver con una batalla entre la oscuridad y la luz. En algún momento el día, era vencido por la noche, por lo que habían que hacer sacrificios. Fundamentalmente porque el dios del sol estaba perdiendo sangre en su batalla contra la oscuridad – por lo que necesitaba una transfusión”, afirma Cristóbal García Huidobro, historiador de la Universidad Católica.
“Es por eso que el sacrificio, de sangre, se vertía en el suelo, en la tierra. Para que la Tierra alimentase al Sol. Al día siguiente volvía a salir el sol. Al día siguiente era una nueva batalla“, agregó Huidobro.
Los mayas y los aztecas sabían que las estrellas eran ejes vitales para regir gran parte de sus vidas, tanto así que en otras culturas de Sudamérica los eclipses determinaban la alimentación.
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“Muchas etnias latinoamericanas pensaban que cuando ocurría un eclipse, habia la presencia de una especie de fluído maligno que se propagaba por la Tierra. Daban vuelta sus utensilios de cocina, para que sus alimentos no se contaminaran“, declaró Rojas.
Al otro lado del mundo, estas maravillas asombran siempre en los relatos históricos, no solo por su estructura sino por su alineación exacta con las estrellas y otros cuerpos celestes, para ellos cuando el sol se transformaba en noche también era signo de algo más grande.
“Una especie de serpiente malévola llamada Apofis, la cual trataba de comérse al sol y a toda la vida. La Tierra y los seres humanos. Pero finalmente el Sol lograba vencer a Apofis y todo volvía a brillar, en plena gloría y majestad“, agregó Huidobro.
Confrontación de dioses, castigos, leyendas, mitos, que rodearon un fenómeno astronómico que ahora entendemos qué lo provoca, pero siempre seguirá asombrando, ya no a través del miedo sino de la majestuosidad.
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