En el primer capítulo de Desafío Tierra abordamos la compleja sequía que ya afecta a seis regiones del país. A este problema ahora sumamos las temperaturas extremas que se anticipan para este verano que podría llegar a ser uno de los más calurosos de la historia. ¿Cuál es el panorama que nos espera?
Paine, Petorca, Illapel, Til Til, Colina, La Higuera, Curacaví, Alhué, son algunas de las comunas afectadas por la grave sequía que impacta a una vasta zona del país. La convergencia de varios factores es lo que ha desencadenado esta verdadera catástrofe hídrica.
“En estas seis regiones que hemos decretado emergencia agrícola, tenemos el 98% de la superficie de frutales plantados en chile, tenemos el 85% de las viñas plantadas, el 80% de la superficie de hortalizas, y tenemos el 21% de la viticultura de Chile. Por lo tanto, la agricultura, que ocupa el 75% del agua del país, está en un año muy duro”, explica Antonio Walker, ministro de Agricultura.
“En la segunda quincena de diciembre, enero, febrero, incluso marzo, vamos a tener por cada mes de tres a cuatro olas de calor, con eventos de temperaturas cálidas que van a superar los 40 grados para la zona central de Chile. Esto es producto del cambio climático que se ha ido intensificando en el último tiempo y, obviamente, no hay ninguna posibilidad de retrotraer esto porque cada verano está siendo más cálido que el anterior”, asegura Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad de Talca.
El cambio climático ha tenido una gran responsabilidad dentro de esta crisis, sin embargo, también la ha tenido el modelo productivo. Las grandes empresas tienen recursos para explotar las napas subterráneas y sacar mayor cantidad de agua en desmedro de los habitantes y pequeños agricultores, cuyos pozos se han ido quedando secos.
“Yo sembraba de ocho a diez hectáreas y ahora tengo una hectárea y media de sandía, una de zapallo y pare de contar. No saco nada con sembrar más si voy a perder”, asegura Rubén González, pequeño agricultor de Paine.
Otro problema ha generado la sequía de años que hoy evidencia en el invierno más seco de la última década. En Coquimbo el déficit de precipitaciones ha llegado al 86%, mientras que en agosto se registró un 0% de agua caída según datos de la Dirección Meteorológica de Chile.
La carencia de agua es uno de los síntomas de la emergencia climática. Según lo señalado por el Ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, existe la posibilidad de que, incluso, el suministro de agua potable se vea afectado.
119 comunas de seis regiones enfrentan emergencia agrícola. Coquimbo y Valparaíso fueron declaradas zonas de catástrofe. 51 mil agricultores están afectados y más de 800 mil cabezas de ganado están en peligro. A esto, se suman las temperaturas récord del que se anticipa será verano más caluroso de los últimos años.
A lo anterior, se suman las constantes fallas en los sistemas de Agua Potable Rural (APR) En Chile, 1.200.000 personas dependen de esta forma de abastecimiento y, sin embargo, un 20% de éstos presenta interrupciones cada año.
El cambio climático nos obliga a reformular la manera en que manejamos los recursos hídricos y la forma en que explotamos la tierra.
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“Ya tenemos escasez de agua, se nos secó la Laguna de Aculeo y, más encima, están haciendo grandes tranques para secarnos. Las grandes empresas dedicadas a la agricultura están abusando de los derechos de agua y se están llevando este recurso que no les corresponde. Por decirlo de alguna manera, se están robando el agua”, cuenta Cristián Cornejo, representante del Movimiento por el Agua de Paine.
“La situación chilena es una vergüenza mundial porque somos uno de los países con más agua per cápita en el mundo, pero con el sistema que tenemos de privatización de agua, se hace imposible gestionar el recurso”, explica Pablo García, hidrólogo y académico de la Universidad Autónoma.
Los Sistema de Agua Potable Rural están afectados, casi 250 sufren de desabastecimiento lo que afecta a unas 165 mil personas. Por otra parte, los grandes embalses que nutren a las ciudades presentan déficits por sobre el 70% de su capacidad, al igual que los principales ríos entre Huasco y la Región del Maule.
“La zona más afectada en el Agua Potable Rural, por lejos, es la Región de Valparaíso”, dice Alfredo Moreno, Ministro de Obras Públicas.
Existe una relación directa entre pobreza y falta de agua. La emergencia hídrica que afecta al país se ha centrado en los sectores rurales y ha sido, en parte, causante de su retraso económico.
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“Tenemos dos Chiles, uno que puede vivir con 300 litros al día, y otro de gente que es de extrema pobreza, que vive con 350 litros a la semana, y con eso tienen que comer, ducharse, alimentar a sus animales, y nosotros les pedimos que salgan de la pobreza como si nada”, enfatiza Rocío Espinoza, directora ejecutiva de la Fundación Amulen.
Desde la Subsecretaría de Obras Públicas han asegurado que esperan una cooperación con el sector privado para que donen agua a quienes lo necesiten.
Hoy más que nunca se hace urgente modificar la manera en que consumimos el agua y las normas que regulan su uso para las labores productivas. Es una misión que involucra a todos los sectores de la sociedad.
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