(CNN en Español) — Diego Viana creció viendo fotos de animales muertos. Su bisabuelo era cazador de jaguares, entre otras especies, en una época en que era una actividad legal en Brasil.
Esas imágenes crudas, en lugar de paralizarlo, lo impulsaron a promover un cambio: hoy se dedica a preservar al felino más grande de América en el Pantanal.
“Vivir con fotos, y también con historias, donde el fin de los jaguares siempre era la muerte me inspiró a hacer un cambio”, cuenta a CNN en Español Viana, veterinario, investigador y líder del proyecto Felinos Pantaneros, dedicado a la protección del jaguar en el Pantanal, el humedal más grande del mundo, a través del monitoreo, la investigación y las acciones sociales.
Viana respeta el pasado de su familia. Es consciente de que era una época distinta y que su lucha actual por cuidar al jaguar forma parte de la “evolución humana”. “Si estoy aquí hoy, hay mucha influencia de todo lo que [mi bisabuelo] hizo en su vida. Así que busco cambiar esta historia con información científica, pero siempre respetando mi pasado”, enfatiza.
Como parte del proyecto Felinos Pantaneros, del Instituto Homem Pantaneiro, este veterinario originario del estado brasileño de Mato Grosso do Sul realiza varias actividades, que van desde monitorear a los jaguares en las carreteras y orillas del río a visitar granjas para dialogar con los productores. Su foco son las “acciones de convivencia y mitigación del conflicto humano-fauna” para cuidar al tercer felino más grande del mundo, solo superado por el tigre tibetano y el león.
Los jaguares, víctimas de la estigmatización
Dialogar con la comunidad para promover la preservación del jaguar es vital porque estos felinos “son estigmatizados como animales peligrosos que atacan a las personas”. Sin embargo, eso no es correcto.
Viana explica que “el número de casos de ataques de jaguares a la gente del Pantanal es muy bajo”. “Y esta falta de conocimiento sobre la especie es lo que trae la amenaza a la conservación”, agrega.
El Pantanal, un ecosistema clave que se extiende por Brasil, Bolivia y Paraguay, es un ejemplo de que la convivencia es posible, dice Viana, porque allí se encuentra una de las mayores poblaciones de jaguares de la región al tiempo que también se han desarrollado ciudades y espacios de producción agropecuaria.
La situación es significativamente mejor a la de otras regiones de América: en países como Uruguay, por ejemplo, está extinto, mientras que en México está catalogado como en peligro de extinción. (En términos generales, el jaguar está calificado como “casi amenazado”, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
“Tratamos de cambiar las perspectivas de las personas manteniendo el conocimiento tradicional de estas personas que siempre han vivido con el jaguar. Pero sumamos conocimiento científico, aportamos novedad y resultados y, con esto, tanto los jaguares como las personas se benefician”, explica, agregando que uno de sus logros ha sido precisamente aumentar la capacidad de diálogo con los productores rurales de la zona.
El felino en la cima de la cadena alimentaria
Viana recuerda que “el jaguar es un depredador en la cima de la cadena alimentaria”.
“Es simplemente el ser que equilibra todo el medio ambiente donde se encuentra, porque se alimenta de la fauna debajo de él en la cadena alimentaria (…). Así que todo el entorno depende del jaguar”, agrega. (De hecho, el nombre del jaguar, también conocido como yaguaraté, proviene del tupí-guaraní “yaguara”. Significa “el que caza de un salto”, según la organización WWF).
Según esa organización, este felino que puede alcanzar los 2,4 metros de largo come más de 22 especies de animales, incluidos mamíferos, aves, peces y reptiles.
Predicar con el ejemplo
El Instituto Homem Pantaneiro, al que pertenece el proyecto Felinos Pantaneros, trabaja en múltiples estrategias de conservación del medio ambiente del Pantanal: impulsó, por ejemplo, la creación de la Red para la Protección y Conservación de la Sierra del Amolar, un área vasta que sin un trabajo coordinado sería imposible proteger. También cuenta con programas enfocados en la protección de cuencas y ríos, y un proyecto museístico para preservar el patrimonio histórico y cultural.
Para Viana es importante poder predicar con el ejemplo a través de su trabajo en el Instituto Homem Pantaneiro. “Me siento muy bien siendo un ejemplo de este cambio positivo porque inspiro a otras personas a cambiar también. Y el cambio de paradigma dentro de la sociedad pasa por tener buenos ejemplos”, dice.
Su mayor esperanza es que la convivencia entre humanos y jaguares cada vez sea mejor. Esto, dice, favorece a todas las partes por igual. “Y así, el Pantanal, los jaguares y los humanos ganan”.
Su bisabuelo cazaba jaguares. Él dedica su vida a salvarlos 🐆🙏 #LlamadoalaTierra https://t.co/9LZzN36MXJ
— CNN en Español (@CNNEE) June 9, 2023
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