1000 kilos de residuos fueron recolectados en Rapa Nui en la limpieza del borde costero más grande del continente
Un llamado a las Naciones Unidas para que detenga la contaminación que produce la pesca industrial realizó hoy el alcalde de Rapa Nui Petero Edmunds Paoa en el marco de la limpieza de borde costero de la Tapati 2020.
La actividad que por el perímetro abordado se convirtió en la más grande del Hemisferio Sur, es una práctica habitual del municipio que por primera vez se incorpora a la programación de la tradicional fiesta polinésica.
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El evento reunió a más de 500 personas que desde las ocho de mañana comenzaron a llegar a la zona Hanga Vare Vare para distribuirse en nueve grupos que fueron trasladados a las zonas previamente definidas para la limpieza: Viringa, Vaihu, Hua Reva, Hanga Tetenga, Hanga Tuhata, Hotu Iti, Tongariki, Hanga Ho Onu y Ovahe.
La mayoría de los 1000 kilos de residuos recolectados correspondían a desechos de embarcaciones de la pesca industrial, como redes, cuerdas y piezas de plástico duro y microplástico.
Según indicó el alcalde de Rapa Nui, “el llamado de atención debe venir de la entidad que agrupa al mundo que es la ONU para que de una vez los países que realizan esta actividad cambien sus protocolos. De los siete mil millones de habitantes que tiene el mundo, esta práctica favorece a muy pocos que son los que están lucrando con la salud de nuestros océanos”.
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En este sentido, cuestionó la indolencia con que las autoridades han abordado el problema. “La isla está sobreviviendo, existe la tecnología para convertir en energía los desechos. Un país con visión ya hubiera hecho la inversión y habría construído la planta que necesitamos para eso, pero nos está faltando el apoyo del Estado al que pertenecemos”.
Por su ubicación, en el ombligo del mundo, Rapa Nui colinda con el giro del Pacífico Sur, muy cerca de una suerte de laguna de plástico que atrae la basura de todos los mares del mundo. De ahí que la contaminación sumada al cambio climático sitúan a Rapa Nui a la vanguardia de medidas que buscan mitigar los efectos del daño al ecosistema.
En su versión número 52, la fiesta costumbrista más importante de la Polinesia ha reforzado la impronta medio ambiental que la caracteriza y que es fiel reflejo de una etnia que vive en total conexión con su entorno.
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