En medio del debate sobre la Ley de Pesca en la Cámara de Diputados, una nueva controversia ha surgido en torno al concepto de “animales sintientes”, especialmente respecto a los peces.

La iniciativa, impulsada por el diputado Jorge Brito (FA), ha desatado un intercambio de críticas, revelando diferencias profundas sobre el bienestar animal en la pesca industrial.

Ignacia Uribe, directora de la Fundación Veg, encendió la discusión al defender la propuesta de Brito en la comisión de Pesca. “Los peces son más que números, que toneladas”, afirmó Uribe, subrayando la sintiencia de estos animales, lo que implica reconocer su capacidad para sentir dolor y sufrimiento.

El conflicto en el Congreso

Según reportó CNN Chile, el conflicto comenzó cuando Brito presentó una indicación en la discusión de la nueva Ley de Pesca para garantizar el bienestar físico y mental de animales acuáticos, incluyendo peces, crustáceos y moluscos. La modificación propuso agregar una letra al artículo cuarto de la ley:

“Bienestar animal. El Estado establecerá los mecanismos necesarios para garantizar el correcto manejo de los recursos hidrobiológicos sintientes en la pesca industrial. En todo momento se deberá respetar el estado físico y mental del animal, por lo que estará estrictamente prohibido generarle estrés y dolor innecesario, tratarlo de forma cruel, o prolongar su agonía“.

La indicación de Brito provocó una fuerte respuesta del diputado Sergio Bobadilla (UDI), quien acusó a Brito de copiar la propuesta de la Fundación Veg y criticó la medida como una visión “ambientalista extrema” que podría perjudicar la pesca artesanal. Bobadilla también enfrentó acusaciones por supuestamente copiar enmiendas de un estudio jurídico para una asociación pesquera.

En defensa de su propuesta, Brito anunció que reformularía la indicación para enfocarse en la promoción de normas en relación al bienestar animal, evitando malentendidos sobre sus implicaciones para la pesca artesanal.

La intervención de Ignacia Uribe y la Fundación Veg

Ignacia Uribe, directora de la Fundación Veg, una ONG que promueve el reconocimiento de los peces y otros animales acuáticos como seres sintientes, defendió la propuesta de Brito en la comisión de Pesca el pasado 3 de julio. Uribe argumentó que los peces tienen personalidad, pensamientos, intereses y memoria, destacando ejemplos de peces que han aprendido a jugar fútbol, hacer trucos y utilizar herramientas.

En sus redes sociales, Uribe compartió un mensaje contundente: “Se tenía que decir y se dijo”, respaldando la propuesta con evidencia científica, como la Declaración de Cambridge de 2012, que reconoce la sintiencia en animales no humanos.

La Fundación Veg, en una publicación, lamentó que la propuesta haya sido satirizada y comparada injustamente con el trabajo de una asociación gremial. La organización reafirmó su compromiso de promover estándares de bienestar animal en la industria pesquera y otras.

La ciencia detrás de la sintiencia de los peces

La cuestión de si los peces sienten dolor y sufrimiento ha sido estudiada ampliamente. Investigaciones científicas han demostrado que los peces poseen nociceptores que les permiten experimentar dolor, reaccionan a analgésicos, y muestran comportamientos que sugieren sufrimiento cuando se les inflige daño.

Estudios como uno realizado por la Universidad de Liverpool han observado que peces como el pez cebra evitan ambientes dolorosos y prefieren tanques enriquecidos, indicando su capacidad para experimentar y reaccionar a estímulos negativos.

La discusión sobre la sintiencia de los peces y la incorporación de principios de bienestar animal en la Ley de Pesca refleja un debate más amplio sobre el tratamiento de los animales acuáticos en la legislación chilena. La polémica entre los diputados Brito y Bobadilla ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque equilibrado que considere tanto el bienestar animal como las realidades de la pesca artesanal.

Mientras el Congreso se prepara para continuar la revisión de la Ley de Pesca, la Fundación Veg y sus aliados siguen abogando por un reconocimiento más amplio de la sintiencia de los peces, basándose en la creciente evidencia científica de su capacidad para sentir dolor y sufrimiento.

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