Con el objetivo de buscar disminuir el hambre en el mundo, cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Una fecha impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1979.
Según el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, poner fin al hambre para 2030, es un desafío urgente.
A pesar de décadas de progreso, el hambre está en aumento nuevamente. Factores como la pandemia y conflictos internacionales han contribuido a un panorama sombrío. Hoy, más de 830 millones de personas viven con inseguridad alimentaria y más de 150 millones padecen hambre crónica.
En un mundo en el que la inseguridad alimentaria es una realidad, la decana de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián y exministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, nos lleva a un viaje a través de los pilares de la seguridad alimentaria.
Disponibilidad, acceso y nutrición son las claves para garantizar que todos tengan acceso a alimentos nutritivos y puedan llevar una vida activa y saludable.
En Chile, el acceso a alimentos no es un problema inmediato gracias a los tratados de libre comercio. Sin embargo, los alimentos han aumentado un 20% en precio, lo que plantea un desafío en el acceso a alimentos nutritivos. Es crucial impulsar iniciativas que aborden esta cuestión y ayuden a mantener la asequibilidad de los alimentos.
El futuro del agua en el planeta es un tema de preocupación, ya que se espera que la demanda mundial para la agricultura aumente en un 35% para 2050. El agua es esencial para la producción de alimentos, y debemos tomar medidas para garantizar su sostenibilidad.
Uno de los desafíos más apremiantes es el desperdicio de alimentos. Según la FAO, un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se desperdicia en el mundo, lo que equivale a unos 1.300 millones de toneladas al año. Reducir el desperdicio de alimentos puede ser una parte fundamental para abordar el problema del hambre.
Para hacer frente a estos desafíos, es esencial un enfoque integral que involucre a gobiernos, sector privado, sociedad civil, académicos y a cada individuo. Todos tenemos un papel que desempeñar en la seguridad alimentaria.
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