El Grupo Royal Bank of Scotland (RBS) se ha comprometido a dejar de otorgar préstamos a las compañías de energía que no alineen sus planes con el acuerdo climático de París para 2021.
El anuncio se hizo bajo la nueva estrategia de la compañía, que establece que no prestará ni ofrecerá servicios a compañías con más del 15% de actividades relacionadas con el carbón, así como a los principales productores de petróleo y gas , a menos que tengan un “plan de transición creíble”.
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RBS también se prometió eliminar por completo la financiación del carbón para 2030 y comprometió 20 mil millones de libras adicionales para el clima y la financiación sostenible entre 2020 y 2022.
Anteriormente, la compañía dejó de financiar nuevas centrales eléctricas de carbón y nuevas minas de carbón térmico, así como préstamos a compañías mineras y eléctricas con más del 40% de las actividades derivadas del carbón.
“Nuestra ambición es ser un banco líder en el Reino Unido y un ROI para ayudar a abordar el desafío climático. Para ayudar a poner fin a la actividad más dañina, hemos anunciado hoy que planeamos dejar de prestar y suscribir a los principales productores de petróleo y gas a menos que tengan un plan de transición creíble alineado con el Acuerdo de París de 2015 para fines de 2021. También estamos tomando medidas ahora para eliminar todo el apoyo al carbón para 2030 “, dijo un portavoz del banco a Energy Live News.
El banco con sede en Edimburgo, propietario de RBS, NatWest y Ulster Bank, también planea cambiar su nombre a fines de este año a NatWest Group.
El principal objetivo del Acuerdo de Parías es evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.
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Metas que no todos los países que suscribieron el acuerdo en 2015 están cumpliendo. Por ello se requiere más ambición y mayor acción climática que encamine a los mercados globales, las empresas y los gobiernos a tomar medidas drásticas, porque el tiempo se acaba y el planeta no resiste más aumentos de temperatura.
En este sentido, la iniciativa del RBS se erige como una que puede servir de ejemplo para la banca mundial, las empresas y las organizaciones que tienen poder de decisión y capacidad para cambiar el rumbo de la humanidad.
La pasada COP25 decepcionó por no lograr poner de acuerdo a los poderosos del mundo en torno a las acciones urgentes necesarias para garantizar la continuidad de la vida en la Tierra. Pero, no todo está perdido y, si más instancias se alinean con los objetivos del Acuerdo de París, podrán hacer cambios significativos desde sus áreas de acción sin esperar por los Gobiernos.
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