Cada año, el mundo genera 430 millones de toneladas de plástico, una cifra alarmante que ha despertado preocupación por la presencia creciente de microplásticos en nuestra vida cotidiana. Según investigadores de la Universidad de Viena, cada semana consumimos aproximadamente cinco gramos de microplásticos, equivalente al tamaño de una tarjeta de crédito.
El impacto de estos diminutos fragmentos de material artificial en la salud humana ha sido motivo de estudio e inquietud. En diciembre de 2020, se encontraron microplásticos en la placenta humana, derivados principalmente de botellas de plástico y barnices, mientras que en marzo de 2022, se detectaron en el torrente sanguíneo, señalando la penetración de estos materiales en el cuerpo humano.
Expertos coinciden en la falta de conocimiento sobre las consecuencias para la salud y la necesidad urgente de regulaciones que controlen la presencia de microplásticos en los alimentos.
En el ámbito agrícola, investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) sugieren que los microplásticos presentes en desechos semisólidos, provenientes del tratamiento de aguas residuales, son utilizados como fertilizantes en campos agrícolas, lo que plantea preocupaciones sobre su impacto en los cultivos y la cadena alimentaria.
Además, se ha demostrado que el lavado de ropa sintética es responsable de un tercio de los microplásticos que contaminan los océanos, lo que resalta la necesidad de abordar esta problemática desde múltiples frentes.
En entornos naturales, como los humedales, la presencia de microplásticos también es una preocupación. Investigadores liderados por Fallon Nacaratte están estudiando la presencia de estos materiales en la Laguna de Cáhuil, resaltando la importancia de comprender su impacto en los ecosistemas acuáticos.
La presencia generalizada de microplásticos en el medio ambiente y su penetración en la cadena alimentaria y la salud humana representan un desafío global. Se requiere una acción coordinada a nivel internacional para regular su presencia y mitigar su impacto en la salud y el medio ambiente. Mira más en el video.
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