La Patagonia chilena es un verdadero refugio para las algas y posee algunos de los bosques de estos organismos mejor conservados del mundo. Probablemente, si la población conociera su valor ecológico aumentaría la protección de estos ecosistemas, muchos de los cuales están amenazados en todo el mundo.
Pero ¿qué pasaría si también se supiera su valor económico? Eso es lo que plantea un nuevo artículo publicado en Nature Communications en el que se ha realizado una estimación global del potencial ecológico y económico de tres servicios ecosistémicos claves de las algas:
- Producción pesquera
- Ciclo de nutrientes
- Remoción de carbono
De esta forma, examinaron seis géneros diferentes de algas, entre ellas, Ecklonia, Laminaria, Laminaria, Lessonia, Macrocystis, Nereocystis y Saccharina.
“Cada uno de estos tipos de bosques genera hasta 147.100 dólares por al año en todo el mundo, aunque la cantidad exacta variaba según la región y el tipo de alga. En conjunto, generan entre US$465 y US$562 mil millones por año en todo el mundo, con un promedio de $500 mil millones de dólares”, se lee en el documento.
El propósito de la investigación es resaltar el valor ecológico y económico de los bosques de algas marinas para la sociedad, como también buscar facilitar la toma de decisiones de conservación y de gestión marina.
Para Alejandro Pérez Matus, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas UC e investigador de la Estación Costera de Investigaciones Marinas (ECIM), este estudio es un “esfuerzo colectivo de varios investigadores donde teníamos la pregunta sobre el valor (llevado en números) ecosistémico que ofrecen estas algas. Si bien, aún no está resuelto la contribución en la secuestración de carbono o nitrógeno, nos permite comprender la importancia de estas algas a especies que dependen exclusivamente, por ejemplo, del alga parda, para poder vivir y cumplir fases de desarrollo”, comentó.
Estos valores se explican principalmente por la pesca y remoción de nitrógeno. Aunque también se estima que los bosques de algas neutralizan 4,91 megatoneladas de carbono de la atmósfera al año, destacando su potencial como sistemas de carbono azul para la mitigación del cambio climático.
“En este trabajo hubo una conjunción bien interesante para conceptualizar modelos bio-económicos. Para ello, trabajamos con bioeconomistas quienes compararon las diferentes economías, como la chilena o la australiana. Ellos utilizan información observacional de los mercados, del mismo modo que nosotros los biólogos obtenemos información desde la observación (salvo de algunos experimentos de remoción de algas)”, agregó el académico.
Los bosques de algas son indispensables para la vida submarina y aunque sea difícil apreciarlo a simple vista, son uno de los ecosistemas más productivos del mundo que albergan una cantidad impresionante de flora y fauna marina.
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