¿Cuántos soñamos con recrear aquel pasaje bíblico en que Jesús transforma el agua en vino? Pues hoy ocurre algo parecido. Aunque no nos generará tanto festejo como el de las bodas de Caná, sí es una medida que aliviará la sed: transformar el agua de mar en agua potable.
Investigadores de la Universidad de Manchester, pionera en el uso industrial del grafeno, crearon un filtro capaz de desalinizar el agua marina.
Con él, bien podría aliviarse la escasez de agua potable que, según estimaciones de la ONU, ya afecta a la quinta parte de la población mundial.
El principal logro de este equipo es, sin embargo, haber resuelto la producción de este producto a gran escala gracias al uso de un derivado química llamado óxido de grafeno. Una solución no menor considerando que el llamado supermaterial aún es caro y difícil de producir.
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