(CNN) – La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) anunció el miércoles que planea evitar que seis centrales eléctricas de carbón continúen arrojando cenizas de carbón, un subproducto tóxico de la electricidad a base de carbón, en estanques sin revestimiento.
La agencia anunció el año pasado que comenzaría a hacer cumplir las regulaciones de la era de Obama que exigen que las centrales eléctricas de carbón limpien los desechos generados por sus operaciones. Hay aproximadamente 500 estanques de cenizas de carbón sin revestimiento en los Estados Unidos, según la EPA.
Estos estanques pueden filtrar toxinas en el agua subterránea o en las vías fluviales cercanas. Las cenizas de carbón contienen contaminantes como mercurio, cadmio y arsénico que pueden envenenar el agua potable y contaminar los ríos.
La administración Trump fue criticada por grupos ambientalistas por no hacer cumplir la regla de cenizas de carbón, que se finalizó en 2015.
La EPA anunció el miércoles que propone denegar las solicitudes de seis centrales eléctricas para continuar utilizando estanques sin revestimiento para verter cenizas de carbón. Las plantas están ubicadas en Michigan, Dakota del Norte, Pensilvania, Arizona, Texas y Michigan.
Si la agencia finaliza estas negativas, las plantas de energía finalmente tendrán que dejar de arrojar cenizas de carbón en estanques sin revestimiento, lo que podría hacer que sea más costoso para las plantas permanecer abiertas.
La agencia también anunció que si bien una séptima planta de energía, la estación generadora Apache en Cochise, Arizona, retiró su solicitud ante la agencia, la EPA encontró deficiencias en los revestimientos de cenizas de carbón de la planta y en el monitoreo del agua subterránea.
“Con las denegaciones propuestas hoy, la EPA está responsabilizando a las instalaciones y protegiendo nuestros preciosos recursos hídricos de la contaminación dañina, al mismo tiempo que garantiza un suministro confiable de electricidad a nuestras comunidades”, dijo el administrador de la EPA, Michael Regan, en un comunicado.
La agencia dijo que los propietarios y operadores de la planta no pudieron demostrar que sus estanques podían cumplir con las regulaciones diseñadas para garantizar que las cenizas tóxicas no se filtren en las aguas subterráneas o en las vías fluviales cercanas.
La EPA encontró que las plantas tenían redes de monitoreo de aguas subterráneas inadecuadas, así como evidencia de que los estanques de cenizas de carbón estaban liberando cenizas tóxicas.
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