Con buenas noticias comenzó esta semana, ya que se publicó el esperado Plan Nacional de Restauración a Escala de Paisajes 2021-2030, un documento que establece una hoja de ruta muy necesaria y urgente para enfrentar desafíos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad en el país y para contribuir a una reactivación sustentable post pandemia.
La iniciativa, que fue aprobada por el Comité de Ministros a finales de 2021, es fruto del trabajo liderado por los Ministerios de Agricultura, Medio Ambiente, con la colaboración de un conjunto de organizaciones públicas y privadas, incluyendo WRI, CATIE, UICN y también WWF Chile, una de las impulsoras de la restauración ecológica a nivel nacional.
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El objetivo del plan es encausar recursos e iniciativas para que el país reduzca la vulnerabilidad generada por las dinámicas de ocupación del territorio, para disminuir el riesgo ante fenómenos naturales y proyectando una mejor calidad de vida para las comunidades.
“Nos alegra que ya esté terminado, es un paso fundamental en el que WWF ha contribuido activamente y también coincide con el llamado de la ONU a que ésta sea la década de la restauración de ecosistemas. Lo que viene ahora es un trabajo muy arduo en relación a cómo llevamos este plan a la práctica, donde serán claves los compromisos no solo del sector público, sino que también de los privados”, señaló Trevor Walter, coordinador de Paisajes Terrestres de WWF Chile en un comunicado.
En concreto, el plan considera “procesos de restauración ecológica; rehabilitación de suelos erosionados; rehabilitación de ciclos hidrológicos; recuperación de paisajes y ecosistemas afectados por incendios forestales, catástrofes u otros factores de degradación; restauración, conservación y protección de áreas naturales o de valor ecológico en ambientes terrestres, marinas, de aguas continentales o mixtos, entre otros”.
El desafío de la implementación
La urgencia viene dada por las propias necesidades y amenazas existentes hoy en día en torno al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, que están muy vinculadas a fenómenos que golpean a diversas comunidades en el país, tales como la escasez hídrica y los grandes incendios forestales.
Además, dentro de los compromisos climáticos de Chile se incluye al 2030 la incorporación de un millón de hectáreas de paisajes a procesos de restauración, una meta que toma el plan pero se ve lejana si analizamos las cifras de los últimos años: durante las últimas dos décadas no se han podido alcanzar ni siquiera 100 mil hectáreas restauradas.
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“Este Plan tiene una mirada de paisaje que considera el territorio en su integridad y apunta a las áreas más vulnerables ambiental y socialmente, lo que debe ir de la mano con nuevas leyes e incentivos para la restauración. Sin duda un aspecto crucial será el financiamiento, así como el encadenamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para poder generar múltiples beneficios, reconociendo el rol de la naturaleza como proveedor de servicios y soluciones a los desafíos sociales y ambientales que enfrenta Chile hoy”, agregó Walter.
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