El pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), una de las especies más emblemáticas de la costa sur de América del Sur, tiene ahora un plan de protección más sólido. Recientemente, se publicó en el Diario Oficial el Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies (RECOGE) de esta ave marina, estrategia que durante años desarrolló CONAF en colaboración con el Ministerio del Medio Ambiente.
Desde 2015, profesionales de ambos servicios trabajaron en el diseño de este plan, que contó con la participación de una amplia gama de actores de todos los sectores: gubernamentales, organizaciones e iniciativas como el proyecto GEF Gobernanza Marino Costera implementado por la FAO, la sociedad civil y la academia.
El Plan RECOGE Pingüino de Humboldt está basado en la metodología de Estándares Abiertos para la Práctica de la Conservación y es respaldado por el software MIRADI, diseñado para evaluar constantemente su efectividad y promover mejoras continuas.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, comentó sobre la importancia de la oficialización del Plan: “Esta estrategia permitirá proteger un ave vital para el equilibrio ecosistémico del país y que hoy, lamentablemente, está clasificada como una especie vulnerable a la extinción. Gracias a este instrumento, abordaremos la conservación y protección de esta especie frente a amenazas como las especies invasoras, la perturbación antrópica y las enfermedades emergentes.”
El estado de conservación del pingüino de Humboldt en Chile es preocupante. Proyecciones hechas con modelos poblacionales establecen que, en algo más de medio siglo, este pingüino podría enfrentar un serio riesgo de extinción. Un reciente estudio liderado por el Dr. Alejandro Simeone de la Universidad Andrés Bello indica que la población reproductiva del pingüino de Humboldt en Chile es de aproximadamente 2.500 a 3.000 parejas.
El Plan RECOGE abarcará toda la costa marina, desde el norte de Perú hasta la Isla Grande de Chiloé, y buscará cambiar el estado de conservación de la especie en los próximos 20 años. Un Grupo de Seguimiento supervisará el plan, que tiene entre sus objetivos reducir amenazas, aumentar la protección y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de esta especie nativa.
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