Mancha negra, sinónimo de contaminación y muerte, que en las últimas semanas ha ido transformando las aguas turquesas del océano Índico frente a isla Mauricio, zona de poco más de 1.000 habitantes que enfrentan la mayor catástrofe medioambiental de su historia.
El derrame de más de mil toneladas de crudo producto del quiebre del barco carguero japonés WAKASHIO tiene en jaque al delicado ecosistema del sector. Sin embargo, los habitantes de la isla creen haber encontrado la respuesta en su cabeza.
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Ya sea en salones de belleza o al aire libre, pero todo el país se volcó hacia la peluquería: cortes de pelo gratis para así donar el cabello, desecho humano que ahora está ayudando a limpiar las aguas del paradisíaco sector.
“La reacción de las personas de Mauricio me parece increíble, por la relación que mantienen con el ambiente, ya que se sienten muy comprometidos a mitigar los daños que puede provocar este desastre”, aseguró a Futuro 360 César Sáez, académico de Ingeniería UC.
Pero, ¿por qué el cabello estaría ayudando en esta causa? “Se debe a que tiene un poder de absorción bastante extraordinario, de hecho, el pelo es hidrofóbico, no le gusta el agua, pero le encanta el aceite. Es por esto que un kilo de cabello, natural y de animal, puede absorber 8 litros de crudo”, aclaró Joséphine De Ravel, coordinadora de la iniciativa.
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“Esta es la afinidad que tiene, que finalmente es por cargas eléctricas, entre el petróleo crudo y los tipos de pelo. Es una forma bastante eficaz de retener al crudo hasta su posterior tratamiento”, agregó Sáez.
Así, una vez donado, el pelo es empacado por voluntarios en mallas, haciendo verdaderos cojines flotantes de pelo, paja y plumas, los que luego se llevan a la zona del accidente.
Con esto, Mauricio espera volver a ser el paraíso que una vez fue: a punta de esfuerzo, ingenio y buena voluntad.
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