Stonehenge, el icónico monumento megalítico del Reino Unido, se convirtió en el centro de una polémica protesta cuando activistas de Just Stop Oil (JSO) rociaron pintura naranja en las piedras. La policía de Wiltshire informó que dos personas fueron arrestadas tras el incidente, que ocurrió alrededor del mediodía.
La acción, que se desarrolló mientras miles de turistas se preparaban para celebrar el solsticio de verano, fue recibida con indignación por parte de visitantes y autoridades.
El Primer Ministro Rishi Sunak condenó el acto, calificándolo de “vandalismo despreciable contra uno de los monumentos más antiguos e importantes del Reino Unido y del mundo“.
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La organización Just Stop Oil defendió su acción, argumentando que era necesario para presionar al gobierno a comprometerse con un plan para detener la extracción y quema de combustibles fósiles para 2030. En un comunicado, compartido a través de The Guardian, JSO afirmó que la continua dependencia de carbón, petróleo y gas “resultará en la muerte de millones” y enfatizó la necesidad de un tratado legalmente vinculante para eliminar gradualmente estos combustibles.
El incidente provocó la clausura temporal del camino alrededor de las piedras, afectando a numerosos turistas. Las investigaciones policiales continúan, mientras el debate sobre las tácticas de Just Stop Oil y su impacto en la lucha contra el cambio climático sigue intensificándose.
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