Entre este 20 de febrero y el 3 de marzo se desarrollan las negociaciones finales para tener un Tratado Global de los Océanos en la sede central de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados Unidos.
La idea de este tratado internacional es proteger la vida en alta mar y aguas internacionales, y establecer un uso sostenible, cerrando así la brecha jurídica más importante del océano (más del 60% de los océanos del mundo).
El inicio de estas discusiones ocurre tras la finalización de la 15a Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15), instancia en la que se cerró el acuerdo de que al menos el 30% de las áreas terrestres, de aguas continentales y marinas del mundo se conserven y gestionen de manera efectiva.
“Los océanos sustentan toda la vida en la Tierra y su destino se va a decidir en estas negociaciones. La ciencia es clara: hay que proteger un 30% de los océanos para 2030, es el mínimo absoluto necesario para evitar una catástrofe. Es alentador constatar que todos los gobiernos adoptaron el ‘objetivo 30×30’ el año pasado, pero los grandes objetivos no significan nada sin acción”, dijo Pilar Marcos, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace en las Naciones Unidas.
Tratado Global de los Océanos
Esto inicia en 1982, cuando la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) creó la Constitución de los océanos, que protege pocas áreas oceánicas y no incluye la biodiversidad marina en las áreas situadas fuera de la jurisdicción de cada país.
El océano situado a 370 kilómetros de las costas de cada país es considerado aguas internaciones y esto significa que se comparte globalmente.
Esto quiere decir que no existe una legislación que salvaguarde su biodiversidad. Debido a ello, la Conferencia Intergubernamental (CIG) de la ONU ha realizado negociaciones desde 2018.
El tratado busca impedir la exploración de recursos mineros submarinos y pretende que cada país pueda recolectar materia animal, vegetal o microbiana, generando Áreas Marítimas Protegidas en zonas remotas.
En el caso de nuestro país, es importante la aprobación de este acuerdo, ya que la zona de protección estará concentrada en Rapa Nui, el archipiélago Juan Fernández y las Islas Desventuradas.
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