Edificios verdes para combatir el cambio climático - 02:45
La crisis causada por el COVID-19 forzó cuarentenas y el aislamiento de las personas, provocando rápidas mejoras para el medio ambiente, especialmente en la calidad del aire, implantando la creencia de que el planeta también pueden recuperarse y a la misma velocidad.
Sin embargo, un nuevo reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el cambio climático no se ha detenido y que -al contrario- las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera han alcanzado niveles sin precedentes.
En la elaboración de este informe, titulado United in Science, participó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) bajo la dirección del Secretario General de ONU, para compilar las últimas actualizaciones relacionadas con la ciencia climática de un grupo de organizaciones científicas clave, entre las que encuentran la Global Carbon Project (GCP), Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (UNESCO-COI),y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
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“Este ha sido un año sin precedentes para las personas y para el planeta. La pandemia de la COVID-19 ha trastocado vidas en todo el mundo. Al mismo tiempo, el calentamiento de nuestro planeta y la alteración del clima han continuado a un ritmo acelerado”, manifestó en el escrito el secretario general de la ONU, António Guterres.
El reporte destaca que las emisiones de GEI están regresando a los niveles que habían antes de la pandemia tras “una disminución temporal causada por el bloqueo y la desaceleración económica”. Al mismo tiempo indicaron que -a diferencia de lo esperado- prevén que el período 2016-2020 será el quinquenio más cálido jamás registrado.
“Este informe evidencia que, aunque muchos aspectos de nuestras vidas se han visto alterados en 2020, el cambio climático avanza implacable”, añadió el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Caen las emisiones, pero sólo temporalmente
De acuerdo con el estudio, las emisiones llegaron a caer un 17% en términos interanuales durante el mes de abril, pero en principios de junio ya se habían vuelto a situar cerca de los niveles de 2019, cuando se registraron máximos históricos, con datos que revelan que las concentraciones de CO2 fueron superiores a 410 partes por millón (ppm) durante la primera mitad de este 2020.
En los últimos años, estas subieron tanto que la caída vivida en abril apenas situó las emisiones en cifras similares a las de 2006. Siendo en 2019 cuando se alcanzó un récord de 36,7 gigatoneladas (Gt) de CO2 emitidas. Es decir, un 62% más que las registradas cuando empezaron las negociaciones sobre el cambio climático en 1990.
“La reducción en las emisiones de CO2 de 2020 tendrá un efecto muy limitado en la tasa de incremento de sus concentraciones atmosféricas, dado que estas son el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida sumamente prolongado de ese gas”, manifestó la OMM.
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Tras estos resultados, se confirma que los niveles de emisiones actuales “no son compatibles” con lo que deberían seguirse para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París celebrado en 2016 y que busca mantener el alza de las temperaturas de este siglo por debajo de 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales.
“Para estabilizar el cambio climático, las emisiones deben reducirse de forma sostenida hasta lograr que las emisiones netas equivalgan a cero”, sostuvo la ONU.
Los expertos sostienen que la disminución de emisiones esperada para el año 2020 dependerá de cómo se desarrolla la pandemia y las respuestas de los diferentes gobiernos para abordarla.
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