La vida cambió. El aislamiento social en unos casos y la cuarentena en otros, ha obligado al encierro. Los niños han dejado de ir a clases, los lugares de esparcimiento están vacíos, los adultos están teletrabajando y salir a la calle no es opción si queremos frenar la pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-COV-2.
Permanecer en aislamiento es el principal llamado para prevenir el contagio que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero cambiar nuestros hábitos no es tarea sencilla. El aislamiento puede generar malestar psicológico, y se puede transformar en una situación de ansiedad y estrés para muchas personas.
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Es un tema tan relevante, que la propia OMS elaboró un informe titulado: “Salud mental y consideraciones psicosociales durante el brote de COVID-19“. Allí se detallan una serie de acciones que pueden ponerse en práctica con el fin de disminuir los efectos negativos de la cuarentena y el alejamiento social. Revisemos:
- Ser empáticos con los afectados, colaborar en la medida de lo posible y cuidar a nuestro entorno más cercano.
- Controlar el consumo de información, consultar a fuentes confiables y no sobreexponerse hasta sentirse ansioso o angustiado.
- Intentar mantener una rutina si es que se está en aislamiento social estricto, o crear una nueva.
- Mantener el contacto con el círculo social, utilizar las plataformas que nos ofrece internet para compartir con otros.
- Moverse, tener una rutina de sueño y alimentarse con comida sana.
- Ayudar a que los niños encuentren formas de expresar sus sentimientos, como por ejemplo el juego, la conversación o el dibujo.
- Para los adultos mayores, es importante otorgarles un apoyo práctico y emocional ya que pueden sufrir episodios de ansiedad, enojo o retraimiento durante la cuarentena.
Una rutina para el teletrabajo
“Trata de organizarte, mantener una rutina y poder tener registro de lo que haz hecho y tus tareas pendientes. Puedes usar herramientas digitales de gestión y seguimiento”.
Eso es lo que recomienda el psicólogo laboral, Julián Sepúlveda para quienes están en modalidad home office. Igualmente, asegura que es importante intentar mantenerse “conectado con tu equipo. Una buena manera de hacerlo es sostener una corta reunión en la mañana vía web, para saber cómo siguen todos”.
Añade que es “útil reportar y pedir reporte de tareas diarias, para que los equipos puedan seguir funcionando con efectividad. Así sabemos cómo apoyarnos entre nosotros”.
Para quienes viven en familia o con varias personas, recomienda “tener un lugar determinado para trabajar tranquilo. Puedes poner un cartel en la puerta en caso de que necesites concentración o silencio”.
Por último, declara que es relevante “saber y tener claro qué es un proceso de adaptación, a todos nos va a costar, pero con el tiempo nos acostumbramos”.
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