Científicos de la institución GNS Science de Nueva Zelanda han llevado a cabo una investigación exhaustiva en el Lago Rotorua, revelando signos de actividad hidrotermal y proporcionando nuevas perspectivas sobre su ecosistema.
Lago Rotorua
Ubicado en la Isla Norte de Nueva Zelanda, el Lago Rotorua se formó hace unos 220,000 años, tras una erupción volcánica de gran magnitud.
Aunque el volcán responsable ahora está inactivo, yace bajo las aguas del lago, junto con sus sistemas hidrotermales que persisten hasta el día de hoy.
Los científicos utilizaron tecnología de sonar multihaz para cartografiar una extensión de 54.389 km cuadrados, aproximadamente el 68% del lago.
Este mapeo reveló una serie de cráteres pequeños en el lecho del lago, denominados “pockmarks“, que alcanzan hasta 50 metros de diámetro.
Estos cráteres son resultado de la liberación de gases y agua caliente, aun emitiendo flujos de calor apenas perceptibles. A pesar de que la temperatura del lago es fresca, alrededor de 13° C en su fondo, los instrumentos pudieron detectar estos flujos de calor.
Además, los escaneos magnéticos revelaron una anomalía magnética intrigante en el lago.
¿Qué encontraron?
A diferencia de lo esperado en rocas volcánicas, donde se encuentran altos niveles de magnetita, en este caso, se observaron anomalías magnéticas negativas.
Los investigadores sugieren que esto podría deberse a la presencia de pirita, un mineral formado por la alteración de la magnetita debido a la presencia de agua caliente.
La combinación de estos hallazgos indica que los sistemas hidrotermales que subyacen al lago Rotorua siguen activos, lo que sugiere un impacto continuo del volcán inactivo en el lago. Además, se descubrió evidencia de un antiguo río justo en la costa, que precede a la formación del lago hace unos 65.000 años.
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