No entendiendo nada de lo discutido hace unos meses en la COP26, en Glasgow, Noruega ha iniciado la construcción del parque eólico más grande del mundo, pero no con motivos ecológicos. Al contrario, su desarrollo está pensado para alimentar los campos de petróleo y gas en alta mar.
El proyecto es operado por el gigante energético noruego Equinor, uno que también se encuentra perforando el océano en búsqueda de petróleo y gas.
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En un comunicado, la compañía manifestó que una vez que este proyecto, llamado Hywind Tampen, esté listo, será el responsable de controlar la mitad de los molinos de viento en alta mar en todo el mundo.
Asimismo, será responsable de proporcionar el 35% de la energía necesaria para impulsar las operaciones de petróleo y gas.
Esto permitirá reducir las emisiones de Noruega en unas 220 mil toneladas de dióxido de carbono y unas 110 mil toneladas de óxido de nitrógeno al año.
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Esto demuestra que, pese a que la nación firmó en la COP26 el acuerdo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad para 2030 y dejar de depender de los combustibles fósiles, aún impulsan la extracción de petróleo y gas.
En Noruega, los combustibles fósiles representan el 60% de sus exportaciones.
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