La misión de Investigación de Fuentes de Polvo Mineral en la Superficie de la Tierra, o Earth Surface Mineral Dust Source Investigaction (EMIT), de la NASA, se ha dedicado a mapear desde la Estación Espacial Internacional (EEI) la prevalencia de minerales clave en los desiertos que producen polvo en el planeta.
Este estudio entrega información clave para el entendimiento de los efectos del polvo en el aire sobre el clima.
EMIT, @NASA's dust detector, has revealed an unexpected capability: detecting methane, a potent greenhouse gas. Its data identified more than 50 “super-emitters,” sources that emit methane at high rates. More on how this may help address climate change: https://t.co/I672gGI0HD pic.twitter.com/tBABV6UQyn
— NASA JPL (@NASAJPL) October 25, 2022
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Pero en sus últimas observaciones, los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA identificaron que EMIT también es capaz de detectar metano.
El metano es un potente gas de efecto invernadero que es mucho más eficaz para atrapar el calor en la atmósfera que el dióxido de carbono
Incluso, revisando los datos pudieron identificar más de 50 “superemisiones” de metano en Asia central, Medio Oriente y el suroeste de los Estados Unidos.
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Estos superemisores son instalaciones, equipos u otras infraestructuras en los que generalmente existe una quema de combustible fósil, desechos o agricultura. El informe de la NASA detalla que emiten tasas elevadas de metano.
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“Controlar las emisiones de metano es clave para limitar el calentamiento global. Este nuevo y emocionante desarrollo no solo ayudará a los investigadores a identificar mejor de dónde provienen las fugas de metano, sino que también brindará información sobre cómo pueden abordarse rápidamente, dijo Bill Nelson, administrador de la NASA.
Esto ha demostrado que EMIT es una poderosa herramienta fundamental para medir este potente gas de efecto invernadero y poder detener su funde de origen.
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