(CNN) – Un temblor de magnitud 4,0 sacudió el martes el sur de Nápoles, Italia, pocos días después de que la región volcánica sufriera su terremoto más fuerte en 40 años, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia.
Los bomberos de Italia dijeron que hubo daños leves en los edificios en el último terremoto, pero que no hubo heridos. El temblor de magnitud 4,2 del 27 de septiembre sacudió la región y se sintió hasta en Roma.
Campi Flegrei, también conocidos como los campos Flégreos, es una zona volcánica que abarca múltiples volcanes antiguos que datan de hace 39.000 años.
La actividad sísmica en el área, que se extiende 200 kilómetros bajo la Bahía de Nápoles y las islas de Ischia y Capri, se ha intensificado este año, y la región experimentó muchos pequeños terremotos antes de los dos más recientes. Campi Flegrei experimenta un fenómeno sísmico conocido como bradisismo, definido por ciclos de elevación y descenso gradual del suelo.
La última gran erupción de Campi Flegrei tuvo lugar en 1538, lo que creó una nueva montaña en la bahía. En lo que va de 2023, Campi Flegrei ha registrado 2.868 terremotos, 1.118 sólo en agosto.
Carlo Doglioni, jefe del INVG, dio testimonio sobre los posibles resultados ante la cámara baja de la Comisión de Medio Ambiente del gobierno italiano el 28 de septiembre.
“Hay dos escenarios posibles en relación con la evolución de la situación en los Campi Flegrei: el mejor es que la actual crisis de bradiseísmo termine como ocurrió en 1983-84, el peor es una erupción similar a la de 1538”, afirmó.
“Es una evolución que no conocemos y que estamos monitoreando”.
Durante el episodio de bradisismo de 1983 a 1984, el suelo se elevó 3,5 metros.
El INGV ha solicitado al municipio de Nápoles que lleve a cabo evacuaciones de algunos residentes más cercanos a la zona volcánica para comprobar los lugares más vulnerables a los daños estructurales subyacentes causados por el ascenso del suelo. La mayoría de las estructuras en cuestión se construyeron en los últimos 20 años.
La agencia de protección civil de Italia estima que al menos 800.000 personas viven en una “zona amarilla” designada y 500.000 en la “zona roja”, el área de mayor riesgo en las cercanías de la región sísmica.
La última vez que se probó un plan de evacuación fue en 2019. Sin embargo, los residentes locales han exigido un plan actualizado que describa lo que debería suceder en caso de una erupción.
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