Invisibles a simple vista, las nonoburbujas poseen partículas de gas 2.500 veces más pequeñas que un grano de sal, pero con altas concentraciones de oxígeno. Esta innovadora técnica fue traída al país por el emprendedor chileno e ingeniero agrónomo Benjamín Labbé con el objetivo de optimizar la productividad de los procesos agrícolas.
Su empresa, llamada Kapicua, cuenta con 30 proyectos en Latinoamérica -principalmente en Chile-, donde aplican esta tecnología, una que al poseer altas cargas de oxígeno está cargada de electrones, permite atraer cargas positivas como macronutrientes e incide en mejorar la calidad de la planta y el suelo, lo que ayuda a reducir la huella hídrica.
¿Cómo funciona esta nanotecnología? Labbé nos cuenta en el video.
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