Del calentamiento global se viene hablando hace varias décadas y, conforme pasa el tiempo, sus efectos son cada vez más inminentes, en tanto, poco se ha hecho para reducir las emisiones que lo causan. Esto se sabe, pero un reciente informe entrega una alerta inquietante, pues indica que el planeta se está calentando más rápido de lo que se había pronosticado.
Para conocer más sobre cómo afecta al planeta esta alza en la temperatura planetaria, Paloma Ávila conversó con Matías Asun, director Greenpeace Chile.
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Asun indicó que la Organización Meteorológica Mundial ha venido advirtiendo que el daño ambiental, y la destrucción de los equilibrios climáticos, especialmente en ecosistemas más frágiles, lo que ha tenido un efecto sinérgico.
“Esto es que la destrucción de parte importante de los remanentes medioambientales, de las reservas medioambientales, por ejemplo, del bosque amazónico, de los bosques en Argentina, de la destrucción de glaciares, de la destrucción del deshielo del ártico han venido degradando la capacidad que tiene la Tierra de retener gases de efecto invernadero, particularmente carbono”, explicó.
Y, agregó que ese efecto está produciendo es una aceleración de incluso las proyecciones más conservadores respecto al avance del cambio el climático. “Lo que quiere decir es que la probabilidad de que en los próximos años superemos el umbral de 1,5 grados, ya estamos cercanos a un grado, especialmente en esta región, hay otras que ya lo superaron”.
El preocupante informe señala que ese efecto se podría empezar a ver, probablemente, durante los próximos 5 años. “Es decir, lo que hemos venido diciendo, no solo es cierto, sino que además cada vez queda menos tiempo y cada vez la curva se empine más respecto a la gravedad del problema y desequilibrio climático”, alertó el director de Greenpeace Chile.
Pese a que el confinamiento por la pandemia de COVID-19, en casi todo el mundo, trajo un respiro para el planeta, Asun explicó que, en términos de cambio climático sus efectos no inciden en el avance del calentamiento global.
“Este pequeño veranito que hemos tenido con la cuarentena, desde el punto de vista de emisiones (…) todo el mundo vio cómo las ciudades se limpiaron, aparecieron animales, pero se trata de cuestiones muy mínimas, cuyo impacto no hemos visto”, dijo el activista. “Sin embargo, Chile está teniendo una transformación importante. Yo creo que las temáticas ambientales van a agarrando cada vez más fuerza“, agregó.
Por otro lado, cuestionó las políticas públicas del país frente a la descarbonización. “El compromiso de descarbonizar la matriz, como le ha llamado el gobierno al 2040 ó 2045, no supone ambición alguna. El 2040 o la Tierra no existe o el carbón deja de ser rentable, las dos cosas van a ocurrir de manera automática, al ritmo en el que vamos, por lo tanto no hay real ambición”.
Además, fue enfático al señalar que las medidas gubernamentales son insuficientes, desde su punto de vista, y agregó que el país tiene potencial aprovechable en energías renovables.
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“Chile es un país que puede invertir en energías limpias, que puede realizar ese cambio, que tiene que alinearse en eso, porque le está costando la vida y los pulmones a niños, mujeres y adultos mayores en las zonas de sacrificio. Una situación como esta requiere, especialmente en una pandemia, atención y una ambición mucho mayor que la mediocridad que hemos demostrado a nivel mundial”, puntualizó Asun.
En cuanto al acceso al agua, relevó la necesidad de legislar hacia desprivatización del recurso hídrico. “Chile arriesga la seguridad hídrica si no hacemos una reforma que democratice el agua y que garantice que la vamos a proteger por sobre el lucro de particulares, se trate de la minería, forestales o agricultura. Porque hoy existe competencia por los recursos hídricos entre algunos que son dueños de ella, cada vez más escasa y por lo tanto cada vez más rentable en negocio de venderla, y aquellos que necesitamos agua para vivir”, finalizó.
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