Alrededor de 1.700 especies están enfrentando la extinción en la siguiente mitad del siglo por culpa de que la raza humana, pese a la advertencia de incontables organizaciones y activistas medioambientales, sigue alterando sus hábitats naturales.

La lista, compilada en un estudio publicado a finales de marzo en la revista Nature Climate Change, contiene nombres familiares: la mariposa monarca, la grulla de manchuria, los manturones, y el cocodrilo siamés, todos amenazados por la misma y casi certera perdición.

Se espera que las especies que viven en África central y del Este, Mesoamerica, Sudamérica y el Sudeste Asiático el mayor riesgo de pérdida de hábitat y extinción.

“Mientras la erosión de la biodiversidad en lugares lejanos del planeta parece no afectarnos directamente, sus consecuencias para el estilo de vida humano pueden resonar mundialmente”, afirmó Walter Jetz, profesor de ecología de la Universidad de Yale y coautor del estudio para Quartz.

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Jetz afirmó que, incluso si alguno de los animales vive en lugares remotos del planeta, las personas en el mundo desarrollado siguen siendo cómplices de su perdición.

La demanda por pisos de madera tropical, aceite de palma y soya, entre otros, está reformulando los hábitats de estos animales tan drásticamente que la vida para muchos de estos animales se vuelve demasiado difícil como para adaptarse.

Los investigadores de Yale detrás del estudio llegaron a esta conclusión tras analizar la distribución de 19.400 especies alrededor del globo y examinando cómo podrían ser impactados por los cambios a la tierra proyectados en 4 diferentes escenarios.

Su trabajo tomó en cuenta los desarrollos de la sociedad a nivel global con anticipación, demografías y economías mientras la Tierra sigue cambiando, en parte, por los efectos del cambio climático.

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“Nuestro análisis nos permite rastrear como se espera que las decisiones políticas y económicas -a través de sus asociaciones con el territorio del planeta- causen un declive en los rangos de las hábitats a nivel mundial“, afirmó Jetz.

El trabajo fue presentado en lo que es llamado como El mapa de la vida, lo que permite a las personas explorar qué especies especificas perecerán mientras sus hábitats cambian.

Este año la National Geographic reportó que el gobierno australiano reconoció al Bramble Cay melomys, una pequeña especie de roedor, como el primer mamífero en extinguirse producto del cambio climático.

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