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Sin torniquetes, tarjetas de recarga, ni fiscalizadores. Así se trasladarán los habitantes del país europeo de ahora en adelante. La iniciativa que comenzó a implementarse antes de que estallara la crisis por el COVID-19, se posiciona como referente para pensar las ciudades de una manera distinta luego de la pandemia.
El Gran Ducado de Luxemburgo es un pequeño país de aproximadamente 600 mil habitantes y posee un flujo de 175 mil trabajadores fronterizos, que se movilizan desde Alemania, Francia y Bélgica a dicho país para trabajar. Es gobernado por una monarquía parlamentaria constitucional y es uno de los estados más ricos de Europa. Pese a que cuenta con el salario promedio anual más alto de todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 13% de la población activa y casi el 10% de los jubilados están en riesgo de pobreza.
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Otro de los problemas que se han identificado, es el altísimo uso de autos personales. Luxemburgo tiene un promedio de casi siete vehículos por cada diez habitantes, posicionándolo como el estado de la Unión Europea con más autos por persona. Las cifras muestran que más del 60% de la población utiliza su automóvil para ir a trabajar y solo el 19% usa el transporte público.
Movilizarse gratis
El ministro de Movilidad y Obras públicas, François Bausch, ha expresado que la gratuidad para el transporte público es en gran parte una medida social. “El objetivo es detener la creciente brecha entre ricos y pobres. Para las personas con bajos salarios, los gastos de transporte son importantes. Por lo tanto, es más fácil que sea gratis para todos”. Es por esto que el gobierno ha informado que desembolsará US$2.485 millones en infraestructura de transporte para 2023.
Aunque la inversión es alta, el transporte público ya está fuertemente subsidiado en Luxemburgo y muchas personas actualmente viajan gratis: menores de 20 años, estudiantes menores de 30 años y personas con un ingreso mínimo. Los US$46 millones anuales que se recaudan por las tarifas de los pasajes, cubren menos del 10% de los costos operativos de la red, que ascienden a US$554 millones.
La nueva estrategia de movilidad, considera un sistema público que trasladará a un 20% más de personas para 2025 y reducirá la congestión en hora punta. Luxemburgo espera que en cinco años más, el porcentaje de quienes se movilizan diariamente en su auto personal sea de un 65 %; una cifra elevada pero menor al 73 % que se registraba en 2017.
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Apuesta eléctrica
Además de disminuir fuertemente el número de autos que recorren la ciudad, el proyecto que se llevará a cabo en Luxemburgo, contempla la implementación de una nueva flota de autobuses eléctricos.
Este sistema de transporte tiene múltiples beneficios para el medio ambiente, en comparación con los vehículos que utilizan gasolina o petróleo. Algunos de estos son:
- No realizan emisiones de gases nocivos al ambiente.
- La electricidad es más barata que la gasolina.
- Necesitan menos mantenimiento.
- Son más silenciosos por lo que tienen una menor contaminación acústica.
- Más eficientes energéticamente que un auto convencional.
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