Por Constanza Cabrera

Durante casi dos semanas, activistas, líderes mundiales, científicos y políticos se reunieron en el balneario de Sharm El-Sheikh, en Egipto, en la edición 27 de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP27), un encuentro internacional que tuvo el desafío de fortalecer los compromisos climáticos en medio de un complejo escenario político y económico.

Las 198 partes reunidas en la cumbre medioambiental acordaron establecer un fondo de “pérdidas y daños” destinado a ayudar a los países vulnerables frente a los desastres climáticos, un acuerdo histórico que se llevó a cabo en la madrugada del domingo.

El acuerdo de 10 páginas también mantuvo el objetivo de mantener el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, pero no logró consignar la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles después de que varias naciones productoras de petróleo obstruyeran los debates.

“Esta COP ha dado un paso importante hacia la justicia. Acojo con beneplácito la decisión de establecer un fondo para pérdidas y daños y ponerlo en funcionamiento en el próximo período”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, desde la sede de la conferencia.

¿Cómo evalúan la instancia los asistentes directos del encuentro climático? De Chile hasta Costa Rica, Futuro 360 conversó con diversas voces para adentrarse en los logros y deudas que dejó la COP27.

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Brechas entre los compromisos adquiridos

“En términos generales la COP fue quizás desordenada, situación que varios negociadores resintieron e hicieron saber a la presidencia”, señaló a Futuro 360 Ezio Costa, director ejecutivo de la ONG FIMA que estuvo presente en la cumbre y participó del Pabellón de Justicia Climática. De hecho, la nueva meta de financiamiento, el objetivo global de adaptación, entre otros temas, son discusiones que se postergaron para la próxima COP.

“Hay una brecha importante con los compromisos que han tomado los países en torno a la reducción de emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) y lo que se requiere para cumplir el Acuerdo de París. Hoy en día aunque todos los países cumplieran con sus compromisos, de todas maneras no estaríamos logrando el resultado que se espera”, reconoció.

Ezio Costa.

Según el abogado de la Universidad de Chile, en la próxima COP, cuya sede se localizará en Emiratos Árabes Unidos, “vamos a tener una mirada mucho más concreta de donde estamos parados en términos de cumplimiento del Acuerdo de París”.

Un fondo especial para “pérdidas y daños”

El acuerdo para ayudar a los países más vulnerables del mundo a lidiar con pérdidas y daños representa un gran avance, dado que es la primera vez que países y grupos, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, han acordado establecer un fondo en ayuda de ciertas naciones para sobrellevar los desastres climáticos que empeoran por la contaminación producida por las naciones desarrolladas e industrializadas

Créditos @COP27P.

Luego 60 días de trabajo, a través de una mesa liderada por Maisa Rojas y su par alemana, Jennifer Morgan, la presidencia de Egipto anunció la creación de este fondo especial, un gran desafío en esta versión. “Esto era una petición histórica de los países en desarrollo y que se haya accedido es también histórico. Es primera vez que se aprueba algo de esta magnitud”, comentó la ministra Rojas en un comunicado.

Desde el extremo nordeste de África, Estefanía González, directora de campañas de Greenpeace Chile conversó con Futuro 360 durante los primeros días de la COP27 y comentó la existencia de “muchas resistencias por parte del primer mundo” sobre esta propuesta. A días del término de la cumbre, señaló que dicho acuerdo sucedió “gracias a la presión de todas las comunidades, de las organizaciones locales que han estado exigiendo justicia climática para poder ir en ayuda de las personas que viven los impactos de la crisis climática y ecológica y no son las y los responsables”.

Estefanía González, Greenpeace.

La demanda ha estado sobre la mesa desde que comenzaron las COP, es decir, a principios de la década de los noventa. “Es un pequeño paso para avanzar en una reparación histórica con aquellas personas que han sido afectadas, incluso de manera irreversible, por las consecuencias del cambio climático”, añadió González.

Misma visión comparte Adrián Martínez, director de la ONG costarricense La Ruta del Clima: “Es un primer paso y una gran victoria para el Sur Global después de 30 años de estancamiento (…), tendremos que seguir luchando para que se financie adecuadamente y se asigne según sea necesario. Se debe definir también las responsabilidades del norte global porque de igual forma quedó ‘abierto’ a que no necesariamente sea el sur global el área donde deben canalizarse los fondos (…)”, señaló a Futuro 360.

Adrián Martínez. Crédito: Climate Refugees.

Para Costa, este fondo permitirá a los países más dañados por la crisis climática recuperarse. “Por ejemplo, si a un país lo golpea un evento climático extremo, como un huracán, inundación o sequía que deja pérdidas materiales y humanas muy grandes, la recuperación es difícil y este fondo debiera ayudar a sobrepasar esas dificultades”, dijo.

Por su parte, Marcelo Mena, ex ministro del Medio Ambiente y actual CEO de la asociación público-privada Global Methane Hub, es importante que este fondo posea un “reconocimiento histórico de los países desarrollados con la deuda que han causado a los otros países a través de un daño climático que no causaron”. De acuerdo al experto, el 60% de las emisiones históricas se deben a Rusia, Japón, Estados Unidos y la Unión Europea.

“La propuesta si corrió dificultades y fue una negociación importante de la recta final. Se logró el acuerdo, improbable en cierta forma, que da cuenta de la tenacidad para negociar estos temas. Chile impulsó ese fondo y contó, probablemente, con la influencia de haber tenido de negociadores a personas como Constance Nalegach (negociadora del Acuerdo de Escazú), que tiene una gran red en Latinoamérica, en los países caribeños en particular”, sostuvo Mena.

Marcelo Mena.

Pero determinar qué países pueden aspirar a un fondo que compense por las pérdidas y daños del cambio climático, y quién debe contribuir, es un aspecto que aún queda por resolver.

¿Chile podrá optar a este fondo? Es probable que no, porque no es parte del grupo de los países priorizados. “Chile tiene intenciones sólidas, ha sido reconocidas sus políticas públicas. Lo que puede hacer es contribuir a la discusión en general, a la negociación sur-sur”, explicó Mena.

La histórica demanda de mitigación

La COP27 tocó varios temas, como los históricos compromisos sobre mitigación (reducción de emisiones de gases invernadero), que han sido insuficientes para enfrentar la crisis climática.

Sin embargo, las negociaciones no avanzaron tan en profundidad en otros aspectos claves relacionados con las causas del calentamiento global, como la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. De acuerdo a Mena, aunque “no se esperaba mucho de esta COP”, se logró más de lo que se pensaba “incluyendo el reconocimiento de 1,5 grados como una meta objetiva del Acuerdo de París“.

La probabilidad de que la temperatura media de la Tierra llegue a punto de inflexión crucial se está incrementado, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Lo advirtió el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), con 1,5 grados aumentará de manera drástica el riesgo de sequías extremas, incendios forestales, inundaciones escasez de alimentos.

Sin embargo, a juicio de Estefanía González, “no avanzamos, respecto a Glasgow, en la eliminación de los combustibles fósiles, necesitamos eliminarlos urgente (…) para poder mantener la ruta de 1,5 grados. Que los países que no estén adquiriendo los compromisos reales, pone en riesgo de cumplir esta meta”, señaló.

Misma visión comparte Ezio Costa y Adrián Martínez, pues no se avanzó mucho en términos de adaptación y eso es algo que puede ser problemático. “Se produjeron varios fracasos importantes, sobre todo en la oposición a nombrar los combustibles fósiles, la principal fuente de la crisis climática, en el texto de decisión. Esto sugiere que las partes pueden no estar dispuestas a actuar de buena fe, especialmente cuando la COP28 se celebra en un país que es un gran exportador de petróleo y gas”, añadió Martínez.

La organización Global Witness presentó un informe en el que reveló que al menos 636 personas vinculadas con los combustibles fósiles estuvieron presente en la COP27.

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América Latina contra el cambio climático

Uno de los ejes principales es la responsabilidad de la parte norte del mundo y su labor para ayudar a los países en desarrollo en su vía hacia la transición ecológica. Autoridades de América Latina y El Caribe, como Colombia y Brasil, han insistido en su conjunto en el avance de la aridez, la sequía agrícola en la región y también en la importancia de la reconstrucción del Amazonas.

América Latina unificó posiciones en la COP27 con representantes de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana y bajo la presidencia pro témpore de Argentina a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con un documento de posicionamiento conjunto.

“A pesar de algunas diferencias temáticas, grupos como ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) o AILAC (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe), han encontrado punto de colaboración de la agenda climática. Yo creo que el fondo de pérdidas y daños da cuenta de esa negociación”, señaló Mena.

Pero para Martínez, a nuestra región le falta “fortalecer más las instancias existentes, con una mayor comunicación y definición de acuerdos comunes a los paises. Así como asegurar que tengan el conocimiento técnico como negociadores”.

Las COP son eventos importantes en términos de negociación, pero no son el único espacio donde se discute y debiera discutir la crisis climática y ecológica. Hay una serie de espacios a nivel local, regional e internacional donde estos temas están siendo discutidos (…). La atención a la crisis climática y ecológica tiene que ser por algo más cotidiano, como también son los efectos”, concluyó Ezio Costa.

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