Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Oregón (OSU) ha descubierto una tendencia alarmante: las ballenas grises del subgrupo que se alimenta en las aguas costeras del noroeste del Pacífico han experimentado una notable reducción en su tamaño corporal desde el año 2000. La investigación, publicada en Global Change Biology, indica que estas ballenas han disminuido su longitud en más de un 13% durante las últimas dos décadas, lo que podría tener graves consecuencias para su salud y éxito reproductivo.

El subgrupo afectado, conocido como el Grupo de Alimentación de la Costa del Pacífico (PCFG), consta de unas 200 ballenas que se alimentan cerca de la costa de Oregón, en contraste con la mayor población del Pacífico Nororiental (ENP), que generalmente migra hacia las frías aguas del Ártico. El PCFG se destaca por permanecer en aguas más cálidas y someras.

Un declive preocupante

Usando drones para medir las ballenas entre 2016 y 2022, los investigadores del Laboratorio de Ecología Geoespacial de Megafauna Marina (GEMM) de OSU observaron que las ballenas adultas nacidas en 2020 son 1.65 metros más cortas en promedio que las nacidas antes del 2000. Para las ballenas grises PCFG, que típicamente alcanzan entre 11.5 y 12.5 metros de longitud en la madurez, esta disminución representa una pérdida significativa.

“Este declive podría ser una advertencia de que la abundancia y la salud de esta población están en riesgo,” advirtió K.C. Bierlich, coautor del estudio y profesor asistente en el Instituto de Mamíferos Marinos de OSU a EurekAlert. Las ballenas grises, que a menudo se consideran centinelas del ecosistema marino, podrían estar reflejando problemas más amplios en su entorno.

Impactos en la salud y reproducción

El tamaño corporal es crucial para la fisiología y la capacidad reproductiva de las ballenas, explicó Enrico Pirotta, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de St. Andrews. Las crías más pequeñas podrían enfrentar mayores desafíos al destetarse, reduciendo sus probabilidades de supervivencia. Para las ballenas adultas, ser más pequeñas implica menos energía almacenada, lo cual es vital para su salud y reproducción.

“Las ballenas más pequeñas pueden tener dificultades para asignar suficiente energía hacia el crecimiento y la reproducción“, señaló Bierlich. Esto podría impactar la capacidad del subgrupo PCFG para mantenerse y crecer en número.

Cambios ambientales y disponibilidad de alimentos

El estudio también exploró la relación entre el tamaño de las ballenas y los patrones de afloramiento oceánico, un proceso que lleva nutrientes desde las profundidades hacia áreas más someras. Estos nutrientes son esenciales para el crecimiento del plancton y la presa de las ballenas. Según los investigadores, los cambios en el equilibrio entre los ciclos de “afloramiento” y “relajación” podrían estar afectando la disponibilidad de alimentos para las ballenas grises del PCFG.

“No hemos investigado específicamente cómo el cambio climático está afectando estos patrones, pero sabemos que está alterando la oceanografía del Pacífico noreste,” comentó Pirotta. Cambios en los patrones de viento y la temperatura del agua son factores que probablemente influyen en la dinámica del afloramiento.

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